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jueves, noviembre 21, 2024
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“¡A mí me cuida el pueblo!”

“¡A mí me cuida el pueblo!”, vocifera AMLO. Entonces, si lo defiende el pueblo, ¿por qué se rodea de decenas de guaruras armados hasta los dientes, con armas de alto poder, con chalecos de malla y camionetas blindadas? Feroces guaruras que rodean al déspota, pero que las cámaras de las televisoras “no los miran”, ni mucho menos los muestran ante las pantallas televisivas.

Como podemos ver, tanto unos como otros protegen al monarca sexenal de sobremanera. Unos de una forma y otros de otra.

La “ayudantía” (como los llama AMLO), es decir, los gorilas que protegen al tirano, no son más que tropa de élite. Feroces pistoleros salidos y adoctrinados en las escuelas militares de Estados Unidos e Israel.

De lo que sí no tenemos duda es que conforme avance el tiempo y el odio del pueblo se manifieste con más encono contra el dictadorzuelo, éste se irá despojando de su disfraz de cordero, dejando ver su verdadero rostro de lobo carnicero. De fiera fascista.

Imbéciles aquellos pequeñoburgueses que frenéticamente, años atrás, almibaraban al “expriista” y lo adoraban como a un dios. Hoy, después de cuatro años, es clara la desilusión, para un gran sector de esa clase mesocrática, que les ha causado su reaccionario ídolo de pacotilla.

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Para conocer el sabor del pudding hay que probarlo, reza el refrán popular.

Esa es la naturaleza de la pequeña burguesía saltimbanqui y logrera. No olvidemos que así de frenética andaba en el 2000 cuando el orangután panista Vicente Fox fue entronizado en la poltrona presidencial.

Después de cuatro días de haberse perpetrado el alevoso crimen de los mineros de Sabinas, Coahuila, el dictadorzuelo fue, de manera sigilosa, al lugar del siniestro a “supervisar el avance del rescate de los mineros sepultados”. Fue una “supervisión” fugaz. Rodeado de militares, solo permaneció en el lugar unos cuantos minutos. Negándose a hablar con la “chusma soez”, esto es, con los indignados familiares de los mineros asesinados, emprendió atropelladamente la huida, protegido por la criminal soldadesca.

¡Grandioso y admirable hubiera sido que lo hayan recibido a pedradas, a él y a sus guaruras!

En la pasada masacre de mineros cometida el 4 de junio de 2021 en Múzquiz, Coahuila, ni tan siquiera se paró. Ahí tenemos al “amoroso”. Al que “le duele tanto” el sufrimiento de los pobres.

No dudamos que, en los siguientes días, a través del CISEN, los familiares de las víctimas sean invitados a ese decadente foro llamado “La Mañanera” a exponer “libremente” sus reclamos. Y tal vez, no dudamos ni tantito (como lo han hecho sin vergüenza alguna los de Pasta de Conchos, los de Ayotzinapa y los de la Guardería ABC) que acudan a la putrefacta cueva del tirano y se arrastren ante él.

Existen sectores burgueses que tratando de mantener incólume al sistema capitalista están señalando a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como la única culpable (AMLO lavándose las manos como Pilatos, ya culpó al orangután panista Vicente Fox).

Esa artimaña diversionista y de culpar a otros ya la han puesto en práctica los anteriores sátrapas, en varias ocasiones. Sin embargo, no es solamente la CFE la culpable, sino que lo es todo el Estado burgués. Aunque nadie en su sano juicio reprobaría a quien le prendiera fuego a esa cueva de sanguinarios chacales; y a su celoso guardián, el priista-salinista y hoy morenista, Manuel Bartlett Díaz, lo colgara de los pies boca abajo.

Tanto CFE como Pemex son “paraestatales” que solo sirven a los todopoderosos monopolios imperialista, principalmente extranjeros.

Son las “nacionalistas” empresas, CFE y Pemex, auténticas nodrizas que amamantan al gran capital; aunque hay insensatos pequeñoburgueses que jactándose de ser “comunistas”, sostienen que dichas “paraestatales” son para beneficio de los pobres. ¿En qué mundo vivirán estos idiotas? Estos despreciables politicastros no son más que “comunistas” del Partido Morena. Unos criminales.

A los dictadorzuelos, como López Obrador, no los protege el pueblo; a los sátrapas los odia el pueblo, esa es la razón por la cual se rodean de feroces mastines dispuestos a morder y asesinar a quien se atreva a increpar al monarca. A eso se debe que a su “Mañanera” solo asisten “periodistas” vendidos y reaccionarios; y decenas de policías y militares a los cuales los nazi-goebbelianos de Televisa y TV Azteca “no ven”.

No hay que perder la fe de encontrarlos vivos, recomienda el criminal dictadorzuelo. Es lo mismo que les ha recomendado a los de Ayotzinapa. ¿No es tal “recomendación” una burla?

Los revolucionarios comunistas de la clase obrera seguimos sin perder la fe. No perdemos la fe de que llegara el día en que este criminal régimen burgués, hoy encabezado por López Obrador, sea derrocado estrepitosamente por el pueblo insurreccionado. Levantado en revolución.

Esa fe no la perderemos nunca, por eso trabajamos incansablemente para despertar y organizar a la clase obrera en particular y a todo el pueblo en general.

Porque mientras perviva este criminal sistema capitalista, la clase obrera solo será carne de explotación. No dejará de ser esclava.

¿Qué ocurrirá en Sabinas días más adelante? Nada que sobresalte a la dictadura sucederá. Los mineros muertos serán enterrados entre sinceras lágrimas de sus hermanos de clase proletarios; mientras tanto los detestables Dráculas como Germán Larrea, y como los omnipotentes capitalistas canadienses, norteamericanos y otros de igual pelambre seguirán enriqueciéndose con el sudor, la sangre y el sufrimiento de los pobres. Asimismo, los déspotas como López Obrador y liderzuelos “neo charros” como Napoleón Gómez Urrutia, continuarán con su detestable y criminal misión de ser cancerberos de esos inversionistas-imperialistas que explotan y asesinan a los obreros mineros en particular y a todo el proletariado en general.

 

Atentamente,

Javier Antuna.

Correo: triunfocomunista@gmail.com

Facebook: Voz del Obrero

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