Durante el segundo trimestre del 2022, el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo 0.9 por ciento en su proyección anual, mientras que, un día anterior -el 27 de julio del 2022-, la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés) de EE.UU. incrementó en 75 puntos base la tasa de interés de referencia. “El mercado laboral está extremadamente ajustado y la inflación está demasiado alta”, dijo el presidente de dicha institución, Jerome Powell, al explicar la decisión.
Por otra parte, el consumo personal en Estados Unidos, la mayor parte de la economía, aumentó 1 por ciento, una desaceleración con respecto al periodo anterior. Asimismo, en el primer trimestre del presente año, el PIB se contrajo 1.6 por ciento, según las cifras publicadas por el Departamento de Comercio del Gobierno estadounidense.
Un indicador clave de la demanda subyacente de EE.UU. -que excluye los componentes de comercio e inventarios (las ventas finales ajustadas por inflación a compradores nacionales)- cayó a un ritmo del 0.3 por ciento durante el segundo trimestre del 2022, en comparación con una ganancia del 2 por ciento en el periodo anterior.
“Después del crecimiento económico histórico del año pasado –y la recuperación de todos los empleos del sector privado perdidos durante la crisis de la pandemia–, no sorprende que la economía se esté desacelerando a medida que la Reserva Federal toma acciones para reducir la inflación”, dijo el presidente Joseph Biden, en un comunicado.
Antes, el Gobierno de EE.UU. realizó una explicación, en la cual señaló que dos trimestres consecutivos de contracción económica no constituyen, en sí mismos, una recesión. Una semana antes, la Casa Blanca publicó una entrada de blog que decía que, además del PIB, los datos relacionados con el mercado laboral, el gasto corporativo y personal, la producción y los ingresos se incluyen en la determinación oficial de una recesión.
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EN MÉXICO NO HABRÁ RECESIÓN EN 2023, AFIRMA AMLO
El presidente Andrés Manuel López Obrador descartó, el 28 de julio del 2022, que México pueda entrar en recesión en 2023, como lo pronosticó la empresa de calificación crediticia Moody’s Analytics, la cual advirtió, el día 25 de este mismo mes, que la República Mexicana no podría evitar una contracción económica, ante la creciente una recesión en Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa matutina, llevada a cabo en el Salón Tesorería del Palacio Nacional, el político tabasqueño, presumió la estabilidad que mantienen las variantes macroeconómicas en México, a pesar de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 (que causa la enfermedad COVID-19), así como los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania.
“Para nosotros, lo más importante es la justicia, buscar que le vaya bien al de arriba, pero que también le vaya bien al de abajo y darle preferencia a los más necesitados. El crecimiento con bienestar e lo que buscamos. Hasta en circunstancias difíciles vamos a salir […] Pues en México no [no habrá recesión]. No vamos a tener problemas. Ya enfrentamos lo más difícil, lo más doloroso, que fue la pandemia, vamos a ver que no se pierda el poder adquisitivo en las familias”, respondió.
“Son modelos de medición que van de la mano con la política neoliberal, pero que están en franca decadencia. El modelo neoliberal está en crisis, en el mundo. Basta ver cómo estamos a nivel mundial, si afectó la pandemia, pero se cayó la economía como no había sucedido en 70 años […] Ahora, con la guerra en Ucrania, lo mismo, una inflación galopante en todo el mundo. Entonces, sí es una crisis de la política económica, pero no quieren revisarla, se aferran a lo mismo”, dijo el mandatario nacional.
Según Moody’s Analytics se espera que México enfrente una prolongada inflación y una recesión con duración de tres trimestres, que iniciará en el segundo trimestre de 2023 y concluiría a fines de ese año. La empresa de calificación crediticia refirió que la economía mexicana enfrenta una combinación de eventos desfavorables. Entre ellos, la persistencia de choques de oferta en la economía global, altos precios de las materias primas, y debilitamiento de la demanda interna ante la necesidad de una mayor restricción monetaria para abatir la alta inflación.
