El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó, el 26 de julio del 2022, sus proyecciones para el crecimiento económico de México del presente año, a 2.4 por ciento, desde el 2 por ciento previsto el pasado mes de abril. Sin embargo, para 2023 redujo sus estimados, de 2.5 a 1.2 por ciento.
Según la actualización de las ‘Perspectivas de la Economía Mundial’ (WEO, por sus siglas en inglés), se dio una revisión al alza en las mayores economías de América Latina -entre ellas las de Brasil, México, Colombia y Chile-, debido a una recuperación más sólida de las mismas.
No obstante, para la economía mundial, el FMI ajustó a la baja sus perspectivas de crecimiento económico, de 3.6 a 3.2 por ciento en 2022; y de 3.6 a 2.9 por ciento en 2023; en un contexto en el que el riesgo de una recesión global ha aumentado.
Asimismo, el FMI explicó que el ajuste en las proyecciones de la economía mundial obedece a un menor crecimiento a principios de este año, la reducción del poder adquisitivo de los hogares y una política monetaria más estricta en Estados Unidos.
Además, en China, los nuevos confinamientos y la profundización de la crisis inmobiliaria provocaron un ajuste a la baja en las proyecciones de crecimiento y eso también afectará el desempeño de la economía mundial.
“Las medidas de incertidumbre económica y las preocupaciones sobre una recesión que se avecina han aumentado en los últimos meses. Las estimaciones de la probabilidad de recesión también han aumentado”, indicó el Fondo Monetario Internacional.
“Según la información incorporada en los precios de los activos, se estima que la probabilidad de que comience una recesión en las economías del Grupo de los Siete es de casi 15 por ciento”, refirió el organismo internacional.
“La perspectiva se ha oscurecido significativamente desde abril. El mundo pronto podría estar al borde de una recesión global, solo dos años después de la última”, dijo Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del organismo internacional, en un comunicado.
El FMI abundó que la guerra en Ucrania podría conducir a una parada repentina de importaciones europeas de gas desde Rusia, por lo que la inflación podría ser más difícil de reducir de lo previsto, ya sea si los mercados laborales son más estrictos de lo esperado o si las expectativas de inflación se desanclan.
Además, el organismo internacional agregó unas condiciones financieras mundiales más estrictas podrían generar sobreendeudamiento en las economías de mercados emergentes y en desarrollo; los nuevos brotes y bloqueos de COVID-19, así como una mayor escalada de la crisis del sector inmobiliario, podrían frenar aún más el crecimiento chino.
El FMI aseveró que con el aumento de los precios que sigue reduciendo los niveles de vida mundial, controlar la inflación debería ser la primera prioridad para los responsables de la formulación de políticas, y si bien una política monetaria más estricta inevitablemente tendrá costos económicos reales, la demora solo los aumentará.