Parlamento
Hay que correrlo, dijeron unos. Pidámosle la renuncia, espetaron otros. No podemos esperar más, el país ya no aguanta, remataron. ¿Por qué motivo? ¡Pues por el pésimo manejo de la pandemia, la inflación histórica e imparable, los conflictos de interés y la corrupción! ¿Quiénes lo solicitan? ¡Ni más ni menos que legisladores de su propio partido y hasta miembros del gabinete! ¿El sujeto a defenestrar? ¡El Primer Ministro de Inglaterra!
¿En el tema indicado líneas arriba, cuál es la diferencia entre Inglaterra y México? Pues que en el partido gobernante inglés hay sentido de patria y vergüenza. En lo demás, se parecen bastante el “premier” británico Boris Johnson y Andrés Manuel López Obrador. Pero Boris Johnson se encuentra sometido a un procedimiento por sus pares legisladores, con motivo de sus frivolidades y negligencia, que lo puede llevar a la renuncia o destitución. Claro, el régimen parlamentario es más apto para autocorregir el rumbo. Acá en el septentrión mexicano, en el partido gobernante solo hay sentido de auto destrucción. Más grave aún, es increíble que aún exista gente adorando al peor Presidente desde Antonio López de Santana.
Similitudes: Erráticos y necios, ambos gobernantes negaron en el momento clave atender la pandemia como se recomendaba, y en desprecio, incluso, de experiencias que rápidamente mostraron eficacia, como lo fue el confinamiento oportuno y pruebas de COVID-19. Faltaron muchísimas pruebas. Murió más de medio millón de mexicanos en la proyección científica no oficial. En la oficial, de cualquier modo, son más de 300 mil las víctimas. Negligencia criminal.
Ambos comparten un récord importante de sinvergüenzadas propias, así como de parientes y colaboradores. Ambos se atreven a negarlas sistemáticas con “otros datos”. Ambos comparten una gestión económica poco amigable con el libre comercio y sobre todo, promotora de incertidumbre.
Luego están nombramientos del Jefe de Gobierno inglés, como el del vice coordinador parlamentario, aguerrido acosador sexual, igual que los varios personajes que lo mismo para gobernador que embajadores ha promovido Andrés Manuel.
El plus azteca: A la lista de acciones y políticas comparables entre el gobernante Azteca y Británico, se suman las ya sabidas promesas y políticas fallidas o perversas de AMLO, pero que merecen recordatorio: sus programas de subsidio económico, directo a clientelas electorales, han desgraciado presupuestos de instituciones enteras que generaban muchos mayores bienes públicos, en Salud y Educación.
Agregue usted la tolerancia ilegal, inconstitucional y cómplice respecto del crimen organizado, al que no se solo tolera Andrés Manuel, sino que lo beneficia con franca apología de su condición y circunstancias al grado de alabarlos. El asesinato común por frecuente, de jóvenes, periodistas, mujeres y hasta sacerdotes, siguen recibiendo inconfesables pretextos para no hacer justicia. Como nunca, la impunidad rampante y los índices de violencia están a más del doble de lo que tanto criticaba.
La justificación de la presencia de corruptos históricos en su gobierno, como Manuel Bartlett, así como los obscenos negocios de sus familiares, no le permitirían a Boris Johnson salir ni a la esquina. Pero nuestro Presidente todavía tiene “críticos” que le benefician con comentarios, como el de pretender que a AMLO lo han traicionado en esos casos. Él es “un hombre bueno”, afirman sus menguantes corifeos. En cualquier país democrático, jamás sería ni candidato -mucho menos gobernante- un tipejo timador, que nunca ha pagado impuestos.
La obra negligente que mató a usuarios en la Línea 12 del Metro no arroja aun responsables en la cárcel. La tolerancia de un Fiscal General que utiliza el puesto para litigar sus asuntos personales, la cancelación de obras importantes y en su lugar, realizar obras innecesarias o inservibles como el AIFA, son producto de quien gobierna frívola y torpemente.
La diferencia: Al final la diferencia son las instituciones, aunado a la gente en Inglaterra, bis a bis nuestra “reacción ciudadana”. La actitud ciudadana en la exigencia por la rendición de cuentas en aquel país, es un rasgo distintivo vital, aunque suene malinchista. Existen instituciones en Inglaterra que permiten que propios o extraños a la coalición gubernamental, impulsen mociones y remover al gobernante, pero a partir de un procedimiento real, legítimo, viable. No como el remedo de referéndum revocatorio que nos quisieron vender.
Pero la mayor diferencia, aun reiterando mi análisis sobre el hecho de que Morena y su pastor vienen perdiendo margen de votos desde 2021, es el preocupante hecho de que capas importantes de la población le continúen dispensando credibilidad a este corrupto y embustero Presidente. Entre el voto retirado ya a Morena, y evitar la abstención en las urnas, claro que podríamos imitar a los británicos y mandar a Morena al carajo y al Presidente a su rancho en 2024. Sus resultados no dan para menos.
El autor es maestro en Derecho y fue diputado federal de la LVII Legislatura (1997-2000), ex cónsul general de México en Estados Unidos, subsecretario de Gobernación y ex magistrado del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa.
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