Esta película de Ti West, ya de plano, es para los amantes del gore, no necesariamente del Género H. Su narrativa parece muy setentera, pero lo más interesante, tal vez, es que vuelve a ser una apuesta que expone lo peligrosas que son las personas hoy en día y, por ende, el terror ya no requiere venir del más allá.
La historia aquí es de un grupo de jóvenes que llegan a un pequeño pueblo, aparentemente inofensivo, a filmar pornografía. En ese lugar se encuentran con dos viejos rancheros a quienes les rentan su propiedad. Pero antes del llegar al sangrerío, es interesante la forma en que el director construye a los personajes, los humaniza, vaya, y al mismo tiempo eso implica dejar entrever el sórdido mundo de esta pareja de ancianos.
Mia Goth es la actriz que lleva el mayor peso, pues interpreta tanto a Maxine, una de las estrellas de la película XXX, y a la decrépita Pearl. Una es bella y joven, segura de la buena fortuna que pronto le llegará; y la otra es una mujer en ruinas, perversa y engañosa, al igual que su marido, Howard.
Con este estupendo trabajo de Goth queda expuesta la raíz de los crímenes: una frustración sexual que convierte a los asesinos en seres demoníacos, sin serlo. Finalmente son humanos a lo sumo peligrosos, como tantos que abundan en este mundo pandémico que pretendemos sobrevivir. Buena premisa para una cinta. Buenísima, a pesar del gore. ****
Punto final. – Disney+ y Obi-Wan… eso es ir por buen camino.