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sábado, octubre 26, 2024
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Mexicanos en riesgo

Una oleada de indignación corrió como reguero de pólvora en un gran porcentaje de la población mexicana, cuando, sin el menor esfuerzo por socializar el tema, y sin que siquiera se cubriera al menos la correspondiente discusión previa al interior del Poder Legislativo federal, el 16 de abril del año 2021 se aprobó una reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, la cual pretendía restringir las libertades de los mexicanos, mediante la creación del PANAUT (Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil).

Bajo el insostenible argumento de colaboración con las autoridades responsables de la seguridad y justicia, en aquellos asuntos que tuvieran que ver con la presunta comisión de delitos, la reforma establecía que se tenía que crear un padrón de usuarios de teléfonos móviles, implicando que los titulares de las 124 millones de líneas que se encontraban en operación hasta diciembre de 2021 en México, tendrían que proporcionar gran y sensible cantidad de información relativa a su identidad, datos biométricos y domicilio, entre otros datos.

La medida legislativa implicaba una serie de inminentes transgresiones jurídicas, radicalizando la imposición de parámetros máximos en lugar de mínimos, puesto que no especificaba explícitamente qué datos biométricos podrán ser recolectados, violando el principio de proporcionalidad, así como el criterio de minimización de datos personales, que refieren que solo podrán ser objeto de tratamiento los datos personales que resulten necesarios, adecuados y relevantes en relación con las finalidades para las que se requiera obtener.

Durante largo tiempo, los mexicanos hemos sido objeto de excesos en el requerimiento de información personal, exigiéndosenos mucho más de lo necesario, por ejemplo, por parte de instituciones y establecimientos, especialmente las relacionadas con la salud.

Como natural reacción a la reforma comentada, infinidad de ciudadanos e instituciones interpusimos amparos y acciones de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, puesto que los desmedidos alcances de la medida legislativa pretendían flagrantemente violar derechos a la privacidad y de protección de datos personales.

Especialmente, causaba escozor la pretendida obligatoriedad de proporcionar datos biométricos, susceptibles de ser catalogados como datos sensibles, los cuales, en su gama amplia, se refieren a las propiedades físicas, fisiológicas, de comportamiento o rasgos de la personalidad, atribuibles a una sola persona y que son medibles; lo cual representa un vasto universo, siendo, entre otros huellas  digitales,  reconocimiento  facial,  retina,  iris,  geometría  de  la  mano  o  de  los  dedos, ADN, pulsación cardíaca, voz, forma de oprimir un teclado y forma de caminar.

Como dijimos, no solo no se socializó la medida ni se debatió en el escenario legislativo, sino que además no tuvo como precedente el cumplimiento de una obligación gubernamental, consistente en la evaluación de impacto en la protección de datos personales. Aunado a la oscuridad de las amplias e injustificables pretensiones emanadas de la reforma, la misma contenía una serie de amenazas pecuniarias e inconstitucionales en contra de los usuarios, a quienes incluso pretendía privar del derecho a la comunicación.

Afortunadamente, y como consecuencia de los recursos jurídicos interpuestos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional el PANAUT, al discutir y aprobar la Acción de Inconstitucionalidad 82/2021 porque significaba una injerencia arbitraria a la privacidad de las personas.

Aunque finalmente el peligro no se conjuró, ello no significa que la medida no haya sido aprobada, ni que de no ser por la reacción de la ciudadanía y de las instituciones que actuaron en su defensa, no estuviéramos a estas alturas vulnerados en nuestros derechos más esenciales.

Como corolario de la experiencia jurídica y mediática vivida, no solo debe quedar un recuerdo, sino que, a partir de lo sucedido, deberíamos mantenernos en permanente alerta.

Todo es cuestión de que no estemos los Mexicanos en riesgo.

 

Alberto Sandoval ha sido educador de adultos, profesor de bachillerato, catedrático universitario, servidor público, conferencista, deportista y activista ciudadano.

Correo: AlbertoSandoval@AlianzaCivil.Org Internet: http://albsandoval.blogspot.com/ Facebook: Alberto Sandoval. Twitter: @AlSandoval

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Alberto Sandoval
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