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martes, abril 23, 2024
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“Yo no robo” (O cuando se asume una conducta)

Hace una semana, en ZETA publicamos una nota informativa con el análisis de las compras de la delegación única del Gobierno de México en Baja California, particularmente hacia una empresa, la cual, por los 17 contratos asignados, se catalogó como de las favoritas.

El reportero fue Alejandro Villa Vargas y la publicación se tituló “La empresa favorita de Ruiz Uribe”, en franca alusión al delegado único del Gobierno Federal y ex diputado perredista Jesús Alejandro Ruiz Uribe.


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La información versó con información oficial contenida y pública en diferentes plataformas, en ninguno de los casos se trató de documentos elaborados por esta casa editorial, sino tomados de sitios oficiales. El resumen de la información, y punto central de la entrega periodística, fue que, en tres años, la delegación federal entregó 17 contratos a una misma empresa, GBS de Baja California, por más de 3 millones de pesos, avalando la compra de toda clase de artículos, desde papelería y equipo, hasta planchas, toallas sanitarias, mesas, material de limpieza y, de hecho, contratada también para hacer la limpieza en algunas de las sedes de la delegación.

ZETA publicó fotografías de la empresa con sede en Mexicali, documentos del Registro Público de la Propiedad y el Comercio, así como datos, números y fechas de asignación de los 17 contratos, todos obtenidos de plataformas oficiales de acceso a la información. Es decir, los documentos obtenidos por el reportero y publicados en este Semanario, avalaron lo escrito en la nota publicada en la página 9 de la edición correspondiente al 11 al 17 de marzo de 2022.

Durante varios días antes de la publicación, el reportero buscó al delegado Ruiz Uribe para obtener una entrevista sobre el tema. Pero esta no fue concedida. Aun así, al cierre de edición, de su oficina enviaron un breve comunicado, sólo aclarando que “hacemos las adquisiciones a través de una plataforma de gestión de compras”. Por supuesto, esa breve precisión, que no entrevista, fue publicada en la edición impresa.


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Pero al inicio de esta semana, el delegado federal se refirió en tres ocasiones a la información publicada por ZETA, con exabruptos, tachándola de falsa, incluso asegurando que este medio de comunicación “arrogantemente persiste en la mentira” y, después del fallecimiento -hace 15 años- de nuestro codirector fundador, Jesús Blancornelas, refiere que “les seguirá quedando muy ancho el traje del finado…”.

Primero el delegado federal convocó a una conferencia de prensa para hacer “16 precisiones” a la información publicada en ZETA. En la misma, se refirió de manera frontal queriendo debatir, con el reportero Alejandro Villa Vargas, en lugar de acudir al Semanario, o, como se estila, solicitar derecho de réplica en caso que le asista, o enviar un escrito. Dedicó dos horas de su horario oficial de trabajo, a llamar “mentiras” lo publicado en el Semanario, e intentar justificarse.

La segunda entrega de Ruiz Uribe fue a través de su página de Facebook, donde publicó un texto refiriéndose en términos denostativos al trabajo elaborado en esta casa editorial, poniendo en duda la credibilidad que gozamos desde hace casi 42 años de fundación, y el ejercicio del periodismo de investigación, sólo porque fue protagonista de una nota en la cual se negó a participar con información solicitada y que contó con documentos oficiales.

La tercera “denuncia” del funcionario federal, fue enviar, a altas horas de la noche, vía WhatsApp a quien esto escribe, una serie de mensajes para justificar sus “precisiones” (por cierto, todas publicadas en el portal www.zetatijuana.com), para finalmente escribir, refiriéndose a su persona: “Yo no robo”.

Vale, hay que precisar que en la nota de ZETA jamás se escribió, refirió o sugirió que Jesús Alejandro Ruiz Uribe estuviera robando, esa fue una conjetura de él, expresada en un mensaje de WhatsApp a las 23:51 horas del martes 15 de marzo. Justificó además que GBS de Baja California no es empresa fantasma, lo cual sobra decir, pero tampoco esto se asumió en la información publicada. Tan es así, que en las páginas de este Semanario la información se acompañó con una imagen de la fachada de la empresa tomada por nuestro compañero fotógrafo de Mexicali, Cristian Torres.

Refirió en varias ocasiones Ruiz Uribe que no fueron 17 contratos con tal empresa, sino 14, y que en tres de los casos estaban duplicados, lo cual, de ser verdad, sería un error de las plataformas de información oficial, pues en la consultada por ZETA aparecen efectivamente 17 contratos, en dos casos con misma fecha, pero por distinto monto. Los 17 contratos están en línea.

Ruiz Uribe también “precisó” que “el delegado no otorga contratos de manera directa”, sin embargo en los contratos en propiedad de ZETA y a la vista de cualquier interesado en las plataformas digitales, se consignan contratos entregados de manera directa y firmados por el delegado federal en Baja California.

Entre otras cuestiones señaló, además, que la empresa referida trabaja con la dependencia (la que ostenta, presumiblemente) desde 2014, y pues, en 2014 ni existía la delegación única federal, ni la Secretaría de Bienestar, ni, de acuerdo con el Registro Público de la Propiedad y el Comercio, GBS de Baja California, pues según consta en actas, fue creada en 2017.

Luego el delegado se quejó de otra “mentira”, que una de las socias de la empresa fuese trabajadora de la Secretaría de Bienestar, en cuyas instalaciones (entre otras) Ruiz Uribe despacha. Pero documentos oficiales dan cuenta que la persona referida, Dulce Viridiana Cota Ramírez, sí trabajó en la coordinación de becas Benito Juárez, las mismas que la delegación de Ruiz Uribe entrega. Por lo menos se desempeñó en ese cargo hasta 2020, y considerando que los 17 contratos (o los 14, si es que en verdad hay algunos duplicados) fueron signados entre 2019 y 2021, significa que la socia de la empresa favorecida con los mismos, fue al tiempo de la entrega de algunos contratos, funcionaria federal, lo que definitivamente implicaría conflicto de intereses, además de confirmar el evidente favoritismo.

Después se desvió con temas que no se abordaron en la nota de ZETA, como el número de sedes que tiene la delegación a su cargo, en total 29 proveedores, o que no viene del PRD inmediatamente a tomar posesión de la delegación única en sustitución de Jaime Bonilla Valdez.

La realidad es que ahí están los documentos, tanto en la nota impresa del Semanario, como en la página electrónica www.zetatijuana.com, y corresponderá a las autoridades investigar, si es que acaso les interesa aclarar si hubo o no un conflicto de intereses, o si una empresa proveedora tiene más contratos que otras.

Por su parte, Ruiz Uribe ha continuado con su perorata, profiriendo calificativos tanto al reportero, como a ZETA, o a quienes lo dirigen desde 2006, cuando falleció don Jesús Blancornelas.

P.D. Respecto al tema, la empresa GBS de Baja California no ha hecho declaración alguna a la fecha. Ni de contratos duplicados, ni con relación a los socios o su vínculo con la delegación federal que encabeza Ruiz Uribe

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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