Reflexiona el fundador y bajista de Los Fabulosos Cadillacs sobre la herencia musical en sus hijos, el vínculo con México, la gira en solitario como Sr. Flavio que arropó Baja California, su vigencia letrística frente a la situación global y el legado de su existencia en el surf, la música, el skate, el veganismo, el cine, la literatura y la vida cotidiana. Tópicos que aborda en su séptimo libro publicado, “Los Textos Silver Tape”
Eufórico y agradecido por el cariño de los mexicanos, el cantautor, escritor y productor argentino Flavio Óscar Cianciarulo, reconquistó la Capital mexicana al lado de Los Fabulosos Cadillacs (LFC) en el festival Vive Latino, como lo harán el 1 de abril en el encuentro musical Pa’l Norte, en Monterrey, Nuevo León, para en medio de la agenda actuar como Sr. Flavio en Ciudad de México, Saltillo, Monterrey y Tijuana. Pretexto para conversar con el ícono sudamericano de 57 años, quien planteó la reflexión, opiniones y retratos de su última obra literaria, “Los Textos Silver Tape”.
“Te cuento que es mi último libro, el séptimo que publico; por lo general suelo y me gusta escribir acerca de ficción, terror, y misterio, sin embargo, ‘Los Textos Silver Tape’, dejan de lado esa costumbre, esa modalidad y es un libro diferente, por resumirlo, de reflexiones que no pretenden llegar a verdades, sino introspecciones acerca de temas que tocan mi vida de cerca, como el rock, surf, skateboarding, la música toda en sí, familia, viajes y mi vida”, apuntó a ZETA el músico, a la par de confirmar que se trata de una especie de bitácora de vida.
“No tuve intenciones de hacer una autobiografía, no me interesaba, me parecía como un acto un poco soberbio escribir acerca de uno mismo, pero traté de hablar de tópicos que me tocan a mí en lo particular. Suena a una autobiografía, pero no es lo que quise hacer, no fue mi intención, ni creo que lo haría, pero sí me tocan de cerca cosas que afectan en lo positivo, en el mejor de los casos, a la vida misma. Cuento cosas que me sucedieron, reflexiono, opino, nunca sentencio. Asumir ser un hombre de contradicciones me hace libre y humano”, agregó el fundador de LFC, quien asume la necesidad de devolver el cariño con su música y el legado con sus hijos, quienes completan su banda en solitario.
“No hay palabras para definir lo que significa compartir la música y el escenario con mis hijos, no hay algo más que podría pedir que ese legado. Regresar a Tijuana, una frontera mágica con mucha luz, a la que siempre será grandioso visitar por tantos recuerdos intensos, lindos y entrañables, por suerte. Además de anécdotas con Luis Güereña, que ‘En rock and roll descanse’, y por supuesto, orgulloso de ser acompañado por mis hijos Astor (que es el otro Cadillac) y Jay, y toda la familia Cianciarulo junta en Monterrey, donde viví, lugar de mi esposa y compañera de vida, la abuela, tíos y primos de mis hijos”, agregó Cianciarulo, quien a mitad de semana se presentó en Black Box para interpretar temas de su etapa en solitario, además de versiones ska punk de “Manuel Santillán El León”, “Vos sabés”, y “Mal bicho”, cuya vigencia más viva que nunca parafrasea: “En la escuela nos enseñan a memorizar fechas de batallas, pero qué poco nos enseñan de amor / Yo no voy a la guerra, a la violencia, a la injusticia ni a tu codicia / Paz en el mundo, que haya paz en el mundo”.
“No a la guerra, no a la violencia, paz en el mundo. Estamos viviendo este fenómeno desafortunado, de terrible situación, catastrófica, de la guerra en Ucrania, que es inconcebible. No hay una lógica sensible que pueda explicar en palabras esto que ocurre, así que a lo que más puedo adherirme como tantas personas en el mundo, es volver a decirlo: no a la guerra, sí a la paz, no a la invasión. Es inconcebible.
“Por otro lado, pienso que si uno hace retrospectiva en la historia, desde milenios el hombre ha ido a la guerra por intereses, antes era por una tribu para saquearla, hoy es por oro, uranio, mercurio, gas. En conclusión apocalíptica, el caos es el hombre, y el hombre será el caos del hombre, parecía que nos habíamos civilizado, pero la guerra responde a perversos y macabros intereses, es muy triste. Trato de no ser conspiranoico, pero qué casualidad que termina la pandemia y arranca la guerra, pareciera como un perverso orden de sincronización”, consideró el argentino, a quien le gustaría adaptar sus obras literarias al séptimo arte.