El miércoles 9 de marzo, la gobernadora Marina del Pilar Ávila realizó un recorrido por la zona afectada; prometió brindar apoyos de 4 mil pesos para renta de vivienda. De acuerdo al peritaje realizado por expertos (que aún no concluye), se determinó preliminarmente que fue una falla natural lo que forzó desalojar decenas de viviendas
La mañana del jueves 10 de marzo, una llamada al número de emergencia 911 alertó a los vecinos de Camino Verde de nuevos deslizamientos de tierra; horas antes autoridades de los tres niveles de gobierno llevaron a cabo una reunión urgente donde se determinó la reubicación de 753 personas que viven en la zona inestable.
La decisión fue tomada con base en un dictamen realizado entre las coordinaciones de Protección Civil nacional, estatal, municipal y el Colegio de Ingenieros Civiles, acciones coordinadas entre el secretario de Gobierno del XXIV Ayuntamiento, Jorge Salazar Miramontes, y el secretario general de Gobierno en el Estado, Catalino Zavala Márquez.
“En la madrugada tronaban las láminas de mi casa y las grietas que eran pequeñas crecieron”, dijo Jessica Zapata, habitante de predio dañado.
De acuerdo al peritaje, los movimientos de tierra que iniciaron el lunes 28 de febrero, cuando los residentes escucharon un fuerte ruido y el posterior deslave de sus casas, son causa de una falla natural.
La zona del desastre incluye cuatro manzanas, de las que fueron afectadas 143 viviendas, dañando severamente 111 de ellas y dejando a más de 700 personas afectadas.
El coordinador estatal de Protección Civil, Salvador Cervantes Hernández, mencionó que el deslizamiento de tierra está avanzando de manera muy rápida, lo que podría provocar que las viviendas terminen de colapsar en 15 días.
Debido a esto, la gobernadora de Baja California firmó la “Declaratoria de Zona de Emergencia”, que también permitirá articular de mejor manera las políticas públicas que necesarias para resolver las necesidades de los damnificados.
Apoyos para renta de viviendas
Poco antes del mediodía del jueves 10, la dirección de Protección Civil Municipal informó sobre el agrietamiento de más viviendas, por lo que cientos de personas se vieron obligadas a sacan sus pertenencias para mudarse con familias o a los albergues.
Un día antes, la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, en compañía de funcionarios estatales y municipales, recorrió la zona del desastre y se comprometió con los damnificados a hacer un convenio con el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) y así asignarles viviendas.
En atención a las víctimas, la gobernadora visitó la calle Víctor Islas Parra y sostuvo pláticas con algunos de los habitantes, quienes le manifestaron su preocupación por diferentes temas que le generan inquietud a raíz del derrumbe, como el servicio de agua (del cual no se han podido abastecer); la recolección de basura; la inseguridad de la zona, porque hay muchos “malandros”, motivo por el que se negaban a salir de sus casas; y por último la falta de apoyo económico.
Durante su revisión, Marina del Pilar garantizó que la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (Cespt) dará servicio de agua potable en ciertas horas debido a la tubería dañada, y solo a la zona menos afectada; además se repondrán las tuberías una vez que concluya el estudio.
Respecto al tema de la recolección de basura, el secretario general de Gobierno, Catalino Zavala Márquez, informó que ya se establecieron tres puntos estratégicos para que los camiones pasen a recogerla.
En lo referente al tema de la seguridad, el jefe de distrito policial afirmó que se instalaron cuatro puntos de vigilancia; dos patrullas realizarán recorridos para el cuidado de las casas y aseguró que será una prioridad atender los reportes de robos de las colonias.
Ávila del Pilar aseguró a los afectados que se les otorgará un apoyo económico de cuatro mil pesos de renta y de ocho mil pesos para el primer mes de depósito de sus viviendas, que serán otorgadas gracias a un convenio con Infonavit.
Cespt: ¿responsable o no?
Mientras que las autoridades aseguran que el deslave se debió a una falla geológica de la zona, los vecinos de la colonia Camino Verde no están tan seguros, pues afirman que el derrumbe es consecuencia de una fuga de agua potable que no fue atendida en su momento por la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana.
“La verdad espero que investiguen bien [las autoridades] porque qué raro que justo arriba del cerro está una pila de la Cespt, ¿y quién nos asegura que no hubo una fuga de agua? Que hagan bien su trabajo”, expresó Pedro Aldama, vecino de la colonia Camino Verde y uno de los afectados.
Fue el secretario general de Gobierno, Catalino Zavala, quien confirmó que los tres dictámenes a cargo de autoridades federales, municipales y estatales, arrojaron que los deslizamientos fueron provocados por causas naturales, y ahora lo que se debe determinar es la posible ampliación del polígono afectado, para lo que se realiza un estudio del lugar.
En el estudio participan distintas dependencias de gobierno, entre ellas: Protección Civil, la Dirección de Administración Urbana (DAU), las Secretarías de Gobierno-Bienestar-Desarrollo Territorial Urbano y Ambiental Municipal, la Comisión de Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (Cespt), el Colegio de Ingenieros Civiles de Tijuana, Protección Civil Estatal, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y la Misión Eco de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC).
Sin embargo, los habitantes de la colonia Camino Verde han manifestado que no se les han dado noticias sobre los resultados de este análisis.
De uno a dos meses para conclusión de estudios
El presidente del Colegio de Ingenieros de Tijuana, Gerardo Tenorio Escárcega, refirió que los estudios para determinar la causa del derrumbe aún no han terminado; “pueden tardar de uno a dos meses, pues existen muchos factores que deben analizar, como la humedad del suelo, fallas en tuberías, tipo de materiales y más”.
Por su parte, el especialista en mecánica de suelos, el Ingeniero Javier Franco Casas afirmó que el desastre no fue por una falla geológica, como en un principio se había manejado.
“Las fallas no se han activado, no ha habido movimientos telúricos que lo hagan. Lo que pasa es que esta problemática ya es antigua, se construyeron casas en laderas; al poner demasiado peso se suscitan este tipo de percances”.