En el presente mes se están cumpliendo dos años desde que se declaró la pandemia por el coronavirus, causante de la enfermedad COVID-19.
A partir de que se fueron implementando medidas protocolarias de salud cada vez más estrictas, se establecieron restricciones y condicionantes que limitaron la libertad de las personas, haciéndonos anhelar volver a la normalidad que se vivía antes de la pandemia.
Se limitó la posibilidad de reunirse, tanto en el ámbito educativo, social, y hasta personal y familiar. Se obligó a la gente a portar un cubrebocas, a tomarse la temperatura y a aplicarse gel desinfectante en las manos.
Hubo restricciones respecto a eventos masivos, misas, clases, aforo en restaurantes y centros de reunión. Hasta se prohibió andar en la playa y en parques públicos.
En la actualidad, se exige certificado de salud o vacunación para viajar por avión y para acudir a determinados eventos.
Las escuelas suspendieron actividades presenciales y los centros de trabajo sufrieron pérdidas millonarias por la suspensión o afectación a la producción y a la prestación de servicios.
Lo más lamentable fue la pérdida de cientos de miles de vidas y la afectación de la salud de muchas personas, como consecuencia de haber padecido COVID-19 en cualquiera de sus variantes.
Y tras de todo lo anterior y mucho más, cabe preguntarnos: ¿Por qué no aprendimos de la pandemia?
En el paulatino regreso a la “normalidad”, vemos otra vez los mismos ritmos del pasado, las mismas aglomeraciones, el tráfico de siempre (o quizá peor).
Como antecedente, hace más de una década cundió la alarma por el virus públicamente conocido como H1N1, lo que también implicó la implementación de medidas públicas para mitigar el contagio masivo, evitando conglomeraciones y focos de contagio; pero unos cuantos meses después del momento más crítico, la gente volvió a la “normalidad”.
Total, que poco tiempo después, a pesar de todo lo anterior y de eventuales brotes de influenza estacional, volvimos a bajar la guardia; y ahora aquí están los resultados, sucediendo que la pandemia actual pareciera que no tuviera en nuestro país precedente alguno, al haberse quedado lamentablemente en el olvido lo ya acontecido.
De acuerdo al semáforo establecido por el sector salud, pero principalmente ante la evidencia captada por el sentido común, todo indica que ya solamente habrá que esperar escasos meses para que la nefaria pandemia quede en mero recuerdo… pero cómo nos hubiera beneficiado que después de tan impactante experiencia para la humanidad y para todos, hubieran ocurrido cambios en nuestra sociedad y en la vida diaria.
Por ejemplo, que tras la pandemia, los horarios de entrada y salida en las fábricas, escuelas y centros laborales de gran concentración, tuvieran hora de entrada y de salida distintos a los tradicionales, reduciendo el congestionamiento durante las horas pico.
Asimismo, que con el inédito uso de tecnologías que se tuvieron que implementar para el “home office” o trabajo a distancia, así como la formación académica, esto se mantuviera en gran medida, reduciendo al mínimo indispensable la actividad laboral y escolar presencial.
También sería conveniente que gran parte de los protocolos y recomendaciones de higiene se mantengan en prevención de nuevos brotes, tanto de COVID como de otras enfermedades.
Para muchas personas, los hábitos alimenticios y el monitoreo médico fue una constante durante la pandemia, resultando sumamente conveniente que continuaran esos cuidados.
Como se quedó grabado en un video que circula en Internet, hace algún tiempo le preguntaron al secretario de Salud del gobierno federal que cuándo se regresaría a la normalidad, recibiendo múltiples críticas por que contestó “nunca”; lo que debería de ser así, mas no por no gozar nuevamente de la vida, sino porque hiciéramos ajustes convenientes.
Todo es cuestión de una normalidad ajustada.
Alberto Sandoval ha sido educador de adultos, profesor de bachillerato, catedrático universitario, servidor público, conferencista, deportista y activista ciudadano.
Correo: AlbertoSandoval@AlianzaCivil.Org Internet: http://albsandoval.blogspot.com/ Facebook: Alberto Sandoval. Twitter: @AlSandoval