— ¿Nivel de ruso?
“Excelentovski”.
— No sabe nada, ¿verdad?
“Exactovski”.
— ¡LÁRGUESE DE AQUÍ!
“¡Hasta luegovski!”.
Autor: Un mexicanovski.
La joven de la falda
Una chica con una falda muy ajustada intenta subir al autobús, pero al intentarlo se le sube la falda, dejando a la vista su ropa interior.
Una mujer que esperaba en la parada dice a su marido:
“Pepe, ¿no te parece lasciva y obscena la forma en que los hombres miran a la chica que se está subiendo al autobús?”.
Con la mirada desencajada, el marido contesta:
“¿Cuál autobús?”.
Autor: Ex marido.
Clásicos de Pepito
En clase, el maestro hace una pregunta práctica a Pepito:
— A ver, Pepito, si tienes 6 dólares en un bolsillo del pantalón y 5 en el otro, ¿qué tienes?
“Pues seguro tengo los pantalones de otro, maestro, ¡porque yo no tengo dinero!”.
***
La maestra a Pepito:
— A tu edad yo me sabía los nombres de todos los países.
“Pues en ese tiempo existían dos o tres solamente, maestra”.
***
La maestra pide a los niños que hagan una oración completa, entonces Pepito levanta la mano.
— A ver, Pepito.
“Mi hermana está embarazada”.
— ¡Muy bien! Y ¿cuál es el sujeto?
“Todavía no se sabe”.
***
La maestra de Pepito dice a los alumnos:
“Niños, hagamos un ejercicio deductivo. Supongamos que hay cinco pájaros posados en un arbusto y le disparamos a uno con una pistola. ¿Cuántos pájaros quedarían?”.
Pepito contesta:
“Ninguno, ¡porque uno moriría y los otros saldrían volando!”.
***
Pepito llega a la casa después de su último día de clases y dice a su papá:
— Papá, ¿te acuerdas que a principio de año me dijiste que me pagarías mil dólares si pasaba de año?
“Sí, hijo, ¿por qué? No me digas que…”.
— ¡Sí, papá! ¡Te ahorré ese gasto!
***
Llega Pepito de la escuela después de haber hecho sus pruebas finales. Su padre le pregunta:
— ¿Cómo te fue en los exámenes?
“No sé, papi, pero los maestros que estaban revisando la prueba eran muy religiosos”.
— ¿Por qué, Pepito?
“Porque cuando estaban revisando la prueba, sólo se les oía decir ‘¡Ay, Dios mío!’, ‘¡Santísimo!’, ‘¡Madre de Dios!’”.
***
— Papá, ¿es verdad que en China los hombres no conocen a su mujer hasta después de haberse casado?
“¡Eso pasa en todas partes, hijo!”.
***
Pepito llega a la estación de Policía y grita:
“¡Corran, corran que mi papá está peleando en la esquina y lo van a matar!”.
Los policías acuden a la esquina, donde dos hombres estaban enfrascados en un duro combate. Entonces le preguntan a Pepito:
— Pero hijo, ¿cuál de ellos es tu papá?
“No se sabe, ¡por eso es la pelea!”.
Autor: Juanito.
Qué haríamos sin esos gallegos
En el cine:
— Señor, ¡es la quinta vez que compra usted el ticket para ver la película!
“¡Es que el canijo que está en la puerta, me lo rompe!”.
***
— ¿A dónde vas, Pepe?
“A regar el jardín”.
— ¡Pero si está lloviendo!
“No importa, ¡llevo paraguas!”.
***
— ¡Don Pepe, deme una caja de cigarrillos!
“¡No me grites, que no soy sordo! Además, ¡aquí no vendemos calzoncillos!”.
***
Un gallego encuentra un espejito en la calle, se queda mirándolo y, lógicamente, ve su reflejo y reflexiona:
“A este tipo yo lo he visto en algún lado, pero no recuerdo dónde”.
Guarda el espejo en su bolsillo y sigue para su casa.
Al entrar a bañarse, su mujer recoge la ropa para lavarla y encuentra el espejito en el pantalón. Observándolo, exclama:
“¡Mira qué descarado, la foto que tenía escondida! Sabía que me estaba engañando y no me duele tanto, ¡sino la cara de loquilla que tiene la desgraciada!”.
Autor: Un español.
Dos mexicanos en Miami
Dos mexicanos están de visita en Miami para ver su familia, están perdidos y uno de ellos le pregunta a un policía:
— ¿A qué hora sale el tren?
“Nine ten (las nueve y diez)”.
— Dice que no hay tren.
Entonces, el amigo replica:
“Vuelve a preguntarle, quizás no te entendió bien”.
— Oiga, ¿a qué hora sale el tren? pregunta de nuevo el mexicano, esta vez señalando el reloj.
El policía responde de mal humor:
“Nine ten, son of a bitch (a las nueve y diez, hijo de can)”.
— Dice que no hay tren, ¡que está para Miami Beach!
Autor: Un traductor.