De Trez en Trez
Uno.- Aunque el título parece referirse a la inspiración de Marco Antonio Solís, en realidad es la pregunta que nos hacemos al ser testigos de lo que sucede aquí y allá, en un país y un mundo lleno de violencia.
Y si bien es cierto no es la letra de la canción del “Buki mayor”, estrenada en 2015, la pregunta es pertinente: ¿A dónde vamos a parar? Con la violencia a todo lo que da, en un país que tiene 18 de sus ciudades entre las 50 más violentas del mundo (de acuerdo con el ranking del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia), según la información del año 2021 del Sistema Nacional de Seguridad Pública y del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi), con un balance internacional por cada 100 mil habitantes:
Zamora (Mich.), Ciudad Obregón (Son.), Zacatecas (Zac.), Tijuana (B.C.), Celaya (Gto.), Juárez (Chih.), Ensenada (B.C.), Uruapan (Mich.); y con una taza alta de homicidios también se menciona a Fresnillo (Zac.), Manzanillo (Col.), Guaymas y Tecate (B.C.). Entre las ciudades mexicanas más violentas del mundo también aparecen Colima (Col.), Acapulco (Gro.), Cuernavaca (Mor.), Irapuato (Gto.), León (Gto.), Chihuahua (Chih.), Cancún (Q.R.) y Culiacán (Sin.).
Con esto, nuestro país lleva tres, sí, tres años como “líder” de la violencia urbana. ¿Hacen falta más comentarios?
Doz.- Entre tanto y alimentados por la impunidad, se siguen dando actos violentos; lo mismo en pequeños pueblos donde “fusilan” (las autoridades dicen que no hubo tal) a más de una docena de personas, pero los delincuentes se llevan los cuerpos y limpian la escena criminal; nueve muertos a media semana en Atlixco, Puebla, luego de una riña; en Zacatecas amanece con cuerpos colgados de los puentes o diseminados por las calles; o dentro de un auto frente al edificio de gobierno; su gobernador (de la dinastía Monreal) se encomienda a Dios.
También en el deporte se da la violencia, ahora no entre los jugadores, sino entre muchos de los miles de asistentes que pertenecen a los “grupos de animación” (?) de los equipos participantes formados y patrocinados por los propios dueños de los equipos. Ahí están los hechos escalofriantes y graves del pasado sábado en el estadio “La Corregidora” en Querétaro; oficialmente no hay fallecidos, solo 26 lesionados.
De inmediato vinieron los comentarios de muchos, exigiendo castigo ejemplar para los responsables, pero recularon cuando se impuso el interés económico de los dueños que amenazaron con retirarles el patrocinio a las cadenas de comunicación. Hubo sanción económica (un millón 500 mil pesos), también sanciones y reglas administrativas para ambos equipos. Hasta ahí.
Las imágenes de la saña con que se agredieron mutuamente impactaron por su crueldad, ventaja, rabia e ira; sin embargo, igual que sucede en otros casos y distintos ámbitos, pronto se olvidarán hasta que sucedan de nuevo.
Trez.- Vuelve la interrogante: ¿A dónde vamos a parar? Cuando el Presidente Andrés Manuel López Obrador saca su banderita blanca y declara extinta la corrupción en México, decreta también que ya no hay masacres ni violaciones a los derechos humanos e insiste en que vamos muy bien, a la vez que lleva más de tres años culpando al “pasado conservador y neoliberal” de todo lo malo que ocurre, pero poco hace para remediarlo. Sigue calificando de “golpeadores” a los que no comparten sus opiniones y acciones.
Poco que no sea continuar sus descalificaciones a comunicadores y periodistas; ignorar las sospechas de corrupción entre su círculo cercano de familiares y colaboradores; sale a su “mañanera” para apoyar al Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero (se dice víctima de “verdadera extorsión mediática criminal”), luego de que se filtraran audios en los que supuestamente él discutía el proyecto de resolución del ministro de la Suprema Corte de Justicia, Alberto Pérez Dayán, sobre la muerte de su hermano Federico Gertz Manero.
En este asunto, igual que lo ha hecho con López-Gatell, con Delfina Gómez, con Manuel Bartlett, con Napito Gómez, con Félix Salgado Macedonio, con Pedro Salmerón, y otros más, el Presidente ha manifestado su apoyo total.
No así con los grupos y movimientos de mujeres que exigen protección a sus derechos y justicia: A ellas, el Presidente les sigue quedando a deber y, además, les teme. Pero, también sigue ignorándolas… ¿A dónde vamos a parar?
P.D.- Otros datos: De las ciudades más violentas del mundo, 18 están ubicadas en México, 11 en Brasil, siete Estados Unidos, cuatro en Sudáfrica, cuatro en Colombia, dos en Honduras, una en Puerto Rico, una en Haití, una en Ecuador y una en Jamaica.
P.D.2.- Y el mundo sigue en vilo luego de la invasión de Rusia a Ucrania; la guerra se libra en varios frentes además del militar; el mediático es uno de los más importantes.
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana.
Correo: profeohe@hotmail.com