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martes, abril 9, 2024
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Toleran incumplimiento de desalinizadora

Desde mediados de 2021, la planta operada por Aguas de Ensenada no entrega los 250 litros comprometidos, mientras que el gobierno estatal sigue pagando entre 16 y 18 millones de pesos mensuales

Casi cuatro años después de su puesta en marcha, la planta desalinizadora de agua de mar en Ensenada, operada por la empresa Aguas de Ensenada (primero OHL, luego GS Inima) ha contado con la complacencia de las autoridades estatales al presentar diversas fallas e incumplir con los volúmenes de entrega.


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A partir de junio de 2021, la planta ha entregado a la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE) entre 110 y 120 litros por segundo, de los 250 que debería aportar, debido a un desperfecto en la toma de agua que a la fecha no ha sido solucionado.

A pesar de que entregar el volumen de agua contratado con la Comisión Estatal del Agua (CEA) es responsabilidad contractual de la empresa, el Gobierno del Estado no ha hecho públicas sanciones, situación que “se está revisando” desde el verano pasado.

El más reciente incumplimiento por parte de Aguas de Ensenada, hecho público por la CESPE después de miles de quejas de usuarios que se quedaron sin agua hasta por dos semanas seguidas, ocurrió el 23 de enero por la ruptura de una tubería de fibra de vidrio, de 20 pulgadas, en la zona del distribuidor vial El Gallo.


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La falla dejó 66 colonias y alrededor de 45 mil personas sin el líquido; el director de la CESPE, Jaime Alcocer Tello, estimó en 60 horas el tiempo de reparación. Una semana después ofreció una rueda de prensa para denunciar públicamente que Aguas de Ensenada no había reparado el tubo.

 

AMAGAN DE NUEVO CON SANCIONES

En el encuentro con medios de comunicación, el titular de la paraestatal opinó que Aguas de Ensenada “no es una empresa de responsabilidad social, dado que están cuidando los centavos, en vez de cuidar el servicio y contrato que tiene con la ciudad”.

Recordó el desperfecto en la zona de El Gallo y el incumplimiento en la reparación que la empresa. En palabras del director del organismo operador del agua, el argumento es la falta de seguridad.

Aguas de Ensenada está pidiendo que la CEA le garantice que esa línea no será afectada nuevamente, cuando en su contrato dice que deben garantizar a la ciudad el suministro, contrato por el cual cobra bien.

Anteriormente subdirector técnico de la dependencia, Alcocer consideró que 60 horas para reparar el tubo de 20 pulgadas era mucho tiempo, ya que la CESPE arregló en cinco horas una fuga enorme en otro punto.

“Me parece una total incompetencia e indiferencia de Aguas de Ensenada, no le está respondiendo a la ciudad como debe”, recalcó el funcionario.

Tras deslindar a la CESPE de la falta de agua en las 66 colonias, explicó que la paraestatal no podía intervenir en la infraestructura de Aguas de Ensenada, porque será hasta después de 20 años de su puesta en marcha que las instalaciones e infraestructura sean entregadas al organismo operador.

Aguas de Ensenada debe asumir toda la responsabilidad que le corresponda, “la parte del reclamo social debe dirigirse hacia la empresa que a mi gusto le ha quedado a deber a Ensenada”, refirió Alcocer Tello.

Como hace más de medio año, declaró que la CEA estaba revisando la situación para obligar el cumplimiento del contrato -garantizar el abastecimiento las 24 horas independientemente de las situaciones técnicas y quien haya roto la tubería- y “seguramente va a ser sancionada”.

Posteriormente comentaría que no basta con la sanción, ya que la gente quiere contar con el servicio, para lo cual Gobierno del Estado paga entre 16 y 18 millones de pesos mensuales, cumpla o no con el volumen acordado, “no me parece justo, pero así está el contrato”, lamentó el titular de la Comisión.

Aclaró que el usuario no vería reflejado el cobro en su recibo por la falta de compromiso social de la empresa propietaria de la planta desaladora y que Aguas de Ensenada pretendía suspender el suministro de agua durante 20 días para realizar una interconexión en la toma de agua, misma que hasta finales de enero no había sido reparada.

Finalmente, se anunció que la noche del 28 de enero, Aguas de Ensenada puso en operación su línea de alta presión que suministra el vital líquido a 66 colonias, donde residen 45 mil personas.

 

SE HAN HECHO DOS NOTIFICACIONES: TITULAR DE SEPROA

Francisco Alberto Bernal, titular de la Secretaría para el Manejo, Saneamiento y Protección del Agua (Seproa), declaró a ZETA que la dependencia está trabajando en dos vías: primero, en solucionar los problemas técnicos que se han presentado; y segunda, notificar posibles sanciones contra Aguas de Ensenada.

Recordó que una de las notificaciones se emitió en la pasada administración estatal, en tanto la segunda se comunicó a finales de 2021. La empresa, comentó el funcionario, tiene sus argumentos, “pero estamos en la mejor disposición de resolver los desperfectos”.

Se le cuestionó si se ha analizado o planteado la posibilidad de realizar modificaciones al contrato de prestación de servicios -como se ha hecho hasta en cuatro ocasiones- con el fin de lograr mejores condiciones para la administración estatal, a lo que respondió que se están enfocando en que la empresa ajuste su servicio a lo ya convenido, es decir, entregar los 250 litros por segundo.

Bernal respondió que poner en marcha la segunda etapa de la planta desalinizadora debe pasar por una revisión técnica, ya que sería “prácticamente un proyecto nuevo”, aunque reconoce que se requerirá una fuente adicional.

 

NUEVA FUGA EN LA ZONA

Tres días después, una nueva fuga en la línea principal de la planta desalinizadora obligó a suspender el suministro en 66 colonias de la ciudad para permitir que personal de Aguas de Ensenada llevara a cabo los trabajos de reparación.

Sobre este incidente, el director general del organismo operador del agua, Jaime Alcocer Tello, precisó que se trataba de nueva cuenta de una tubería de fibra de vidrio de 20 pulgadas, cuyo mantenimiento corresponde a la compañía que opera la planta desaladora.

La empresa dio un tiempo estimado de 48 horas para arreglar la fuga, en tanto, Alcocer Tello sostuvo que la dependencia a su cargo estaría al pendiente de que eso se lograra lo más pronto posible, para no causar más perjuicios a la población.

La ruptura ocurrió a la altura del Arroyo El Gallo y Prolongación Río Grijalva, Colonia Carlos Pacheco 6.

El titular de la CESPE enfatizó que, a pesar de la recurrencia de este tipo de casos, se tiene la encomienda por parte del organismo operador del agua y de la Seproa, de efectuar las gestiones y acciones necesarias para que el abasto del vital líquido se restablezca rápido.

Apeló a la comprensión de los usuarios por esta cadena de sucesos, que en la mayoría de las ocasiones obedece al mal estado de la infraestructura hidráulica que funciona en la mancha urbana. De ahí la necesidad de emprender labores constantes de mantenimiento y rehabilitación.

COSTO DE LA DESALINIZADORA

De un costo inicial programado por el orden de los 517 millones de pesos, la planta desalinizadora de agua de mar en Ensenada tuvo una inversión final de 987 millones de pesos, de acuerdo con cifras del Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN), que otorgó un crédito por 490 millones de pesos a Aguas de Ensenada, SA de CV (ADESA), subsidiaria de GS Inima Environment, SA, empresa que obtuvo la adjudicación de un contrato de prestación de servicios de construcción, operación y transferencia con vigencia de 20 años para la planta.

El costo restante del proyecto fue cubierto con recursos no reembolsables provenientes del Fondo Nacional de Infraestructura y aportaciones de capital de GS Inima. “Con los recursos hídricos cada vez más escasos, ésta es una obra vital para atender la demanda actual y futura de agua de los ensenadenses”, comentó Alex Hinojosa, director del BDAN.

La cifra dada a conocer por dicha institución es mayor en 105 millones de pesos a los 882 millones de pesos anunciados como costo final por la CEA y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) durante la inauguración de la planta, el 11 de junio de 2018, con la presencia del entonces Presidente de la República, Enrique Peña Nieto.

La planta tuvo un retraso de por lo menos 15 meses en su construcción y operación.

Previo a su puesta en marcha, se anunció que produciría 8 millones de metros cúbicos anuales, a un promedio de 20 pesos el metro, y dejaría ganancias por 160 millones de pesos anuales. Después de los 20 años de vigencia del contrato, la empresa habrá obtenido más de 3 mil 200 millones de pesos, casi cuatro veces lo invertido.

Autor(a)

Marco A. Flores
Marco A. Flores
Egresado de la licenciatura en ciencias de la comunicación por la Universidad Autónoma de Baja California. Ha sido reportero y jefe de información en diversos medios impresos, digitales y radiofónicos desde el 2007. Reportero del Semanario Zeta desde el año 2018.
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