Colaboración invitada
Fidel Fuentes López – La humanidad vive una revolución tecnológica tan importante o más de lo fue la revolución industrial, en la que cualquier persona que se encuentre, ya sea en la cima de una montaña o en medio de un desierto, en el océano o en el espacio mismo, puede enterarse instantáneamente de cualquier suceso político, social o natural, como catástrofes o Golpes de Estado; sin embargo, a pesar de los avances en la información y en otros campos como la genética, la biología, la energía solar, eólica e hidráulica, etc., irónicamente también esta misma tecnología nos está llevando peligrosamente a la conformación de un pensamiento único y mediatizado. Y no precisamente a una Revolución de las Conciencias.
La tergiversación de la realidad y las mentiras con que bombardean cotidianamente los medios masivos de comunicación (en su mayoría), manipula el consciente e inconsciente de los individuos transformándolos en consumidores compulsivos de chatarra ideológica y material, es decir, en personas que difícilmente pueden distinguir la ficción de la realidad.
Perversamente los medios tratan de dividir e idiotizar con la intención de crear una sociedad “de hombres y mujeres que abandonen… ideales… aspiraciones que los hacen críticos rebeldes, para conformarse con la satisfacción de unas necesidades inducidas por los intereses de las élites dominantes… despojados de personalidad, convertidos en animales vegetativos, siendo desactivada por completo la vieja idea de luchar contra la opresión [convirtiéndose] en un enjambre de egoístas desenfrenados… quedan solas y desvinculadas entre ellas… absortas en la exaltación de sí mismas”. (Hermann Bellinghausen, cit. Fernando Navarro, La Jornada, 19 de feb./2018)
La manipulación y el lavado de cerebro son viejas tácticas en la política mundial, o si no ¿qué fue la campaña antisemita de Hitler en la Segunda Guerra Mundial, sino una gran mentira repetida mil veces, pero cuyas consecuencias o resultados fueron reales y verdaderos? Seis millones de judíos, gitanos, sindicalistas, socialistas, comunistas, homosexuales y prisioneros de guerra asesinados en los campos de concentración y 60 millones de muertos.
¿Qué es la campaña de Biden y el presidente de Ucrania contra Rusia a la que acusan de querer invadir a esta última, aduciendo que Rusia “moviliza tropas en la frontera de Ucrania”? La verdad es que Rusia sí está movilizando tropas, pero dentro de su frontera y aliados libres y soberanos que colindan con Ucrania y ante la amenaza de Ucrania y Estados Unidos de instalar cohetes de destrucción masiva en su frontera… ¿si Ucrania estaría afiliada a la OTAN?
¿Qué fue la gran mentira del 2006 en la que acusaban a López Obrador de ser una amenaza para México, campaña de mentiras que llevaron al fraude electoral y al robo de la Presidencia? ¿Quién es Loret de Mora, con sus montajes mentirosos que van desde su participación como “corresponsal” de guerra en Irak hasta la renta de la casa en Houston por el hijo de López Obrador? Montajes falsos que caen uno tras otro estrepitosamente, pero cuyos objetivos eran los de confundir, engañar a la gente y derrotar o denostar al opositor político.
Esa es la verdad tras la mentira. ¡Qué insignificante se ven desde esta perspectiva los mediocres montajes de un personaje inflado como Loret de Mora y sus estúpidas, mal planeadas y desesperadas estrategias para tratar de desprestigiar a un estadista cuya fortaleza radica en la verdad de sus palabras y en el ser consecuente en los hechos!
El momento histórico que se vive en México y el mundo tiene una trascendencia social, política, económica y ecológica que va mucho más allá y es mucho más grande que todas las transformaciones -revolucionarias o no- que implementa el actual gobierno -nos guste o no- mediante los programas como becas a niños, a discapacitados, sembrando vida, pensiones para adultos, obras magnas de infraestructura sin endeudamientos, etc., se han convertido en un modelo económico y social de trascendencia internacional.
La voracidad de los poderosos se pone en evidencia, y ven el cambio como una amenaza a sus privilegios; por ende, lo combaten sin darse cuenta que luchan contra corriente de la historia, de la humanidad y del mismo planeta. La verdad siempre será revolucionaria: aunque naufrague de vez en cuando, se levantará y triunfará; la mentira siempre será derrotada, aunque se tarde en caer.
Atentamente,
Fidel Fuentes López, exfuncionario de la Procuraduría de DH de BC, de la Secretaría de la Presidencia 1976-1983, y egresado de Sociología de la FCPyS de la UNAM.