Aumenta violencia en estados como Colima, Zacatecas, Michoacán, Jalisco y Sonora. Disputas entre los cárteles de Jalisco y Sinaloa, además de luchas intestinas entre sus propias células. En el ambiente, la supuesta sucesión de Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, del que se rumoró su presunta muerte a finales de enero. En Sonora, “Los Chapitos” se enfrentan a sobrinos del narcotraficante Rafael Caro Quintero por el control del corredor del desierto. En al menos 20 comunidades de Jerez, Zacatecas, la violencia desplazó a 10 mil habitantes. Fuerzas Armadas refuerzan con más tropas las entidades en conflicto
Mientras las estadísticas oficiales revelan un descenso en las cifras de homicidios dolosos en el país durante 2021, comparativamente con la anualidad inmediata anterior; y también una baja en los asesinatos en el cotejo de enero de 2022 contra enero de 2021, la realidad es que en las entidades federativas donde prevalece la violencia de la delincuencia organizada, no se advierte ninguna disminución o acción efectiva de las autoridades para acotar el avance de los grupos criminales.
Ejecuciones constantes, privaciones de la libertad, desapariciones forzadas y el desplazamiento de comunidades completas, son el signo de que en este año nada cambia en los seis estados más violentos de México, reconocidos por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). Esas entidades son, en el orden, Guanajuato, Baja California, Michoacán, Estado de México, Chihuahua y Jalisco, donde se concentran el 50 por ciento de las víctimas de homicidio doloso del territorio nacional.
A esos estados se suman Colima, Zacatecas y Sonora, que en este arranque de año han incrementado sus índices en materia de delitos de alto impacto, principalmente por las disputas que mantienen cárteles de las drogas como el de Sinaloa (CS) y Jalisco Nueva Generación (CJNG), así como las luchas intestinas entre células de un mismo grupo criminal, ya sea por el control de la agrupación, de territorios, o por la traición de algunas bandas que cambiaron de cártel.
En Colima y Jalisco se asegura que hay una reestructura en el CJNG por la supuesta enfermedad terminal de su líder “El Mencho”, e incluso llegó hasta el rumor de una muerte que no fue confirmada por autoridad alguna, y sus miembros han comenzado a pelear por la sucesión, quebrantada por las escisiones propiciadas por sus rivales del Cártel de Sinaloa. En este último, “Los Chapitos” pelean con sobrinos del veterano narcotraficante Rafael Caro Quintero en Sonora.
Por su parte, además de presentar sus estadísticas “halagüeñas”, según la titular de la Secretaría de Seguridad Pública Ciudadana (SSPC), Rosa Icela Rodríguez -que calificó como municipios “que están en verde”, con la mayor disminución de la incidencia delictiva (Tijuana, Ensenada y Salamanca)-, en las últimas semanas, el ente gubernamental recurrió a la misma estrategia de comunicación de las administraciones anteriores: el anuncio de la captura de presuntos líderes de grupos de la delincuencia estructurada a manera de “resultados” y bajar la percepción social de inseguridad que prevalece en los estados más violentos.
Así, el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía, hizo un recuento en la rueda de prensa matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador correspondiente al lunes 21 de febrero. Primero fue detenido, este mismo mes, Rafael B. O. “El Fantasma”, identificado con el CJNG en Zacatecas, que participó en múltiples secuestros y fue detenido en Chihuahua. También de Zacatecas fue capturado Víctor Manuel “N” alias “El Tartas”, uno de los principales generadores de violencia en esa entidad. Y en Puerto Vallarta, en enero fue aprehendido Carlos Pelayo Núñez “Don Carlos”, jefe de plaza del CJNG en esa ciudad. Hubo otros capos de La Unión Tepito, La Familia Michoacana y Cártel de Sinaloa.
SUCESIÓN ANUNCIADA
En los estados de Colima, Jalisco y Michoacán, se han registrado más hechos violentos que los que cerraron 2021. En la capital colimense estalló una riña en el Centro de Reinserción Social el 25 de enero. Ahí murieron nueve reclusos y seis más resultaron lesionados. Todos estaban identificados como miembros del CJNG, por ello estaban en un mismo módulo; sin embargo, unos pertenecían a la célula de “Los Mezcales”, una pandilla del barrio del mismo nombre, que desertaron para aliarse con el Cártel de Sinaloa.
A estos hechos le siguió una serie de ejecuciones en Colima, presuntamente relacionadas con la noticia sin confirmar que corrió como reguero de pólvora el domingo 13 de febrero: la presunta muerte de Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líder del CJNG, quien desde hace un tiempo se rumora que padece una enfermedad renal. La versión sin confirmar se le atribuye a una carta que habría escrito el jefe de plaza del mismo cártel en esa entidad, pero ahora escindido del lado de “Los Mezcales”, que se hacen llamar Cártel Independiente de Colima (CIC), Bernabé Brizuela Meraz “La Vaca”.
Brizuela, planteó que ya sin “El Mencho” se terminaban los acuerdos que hubo exclusivamente con él y no se aceptarían imposiciones de quienes pretenden quedarse con el territorio colimense como Julio Castillo Rodríguez, pareja sentimental de la hija de Oseguera. Autoridades federales no han confirmado la autenticidad de la supuesta misiva, mucho menos el deceso del capo michoacano.
Por su parte, el gobierno de Colima afirmó que la violencia ocurrida se debe a las luchas al interior de esa misma organización criminal.
En Jalisco, donde no se reconoce la inseguridad y la violencia en aquella entidad federativa, y a pesar de ello se ordenó la implementación de operativos denominados “Módulos Seguros”, a manera de volantas o columnas que integran elementos de diversas corporaciones policiales para realizar revisiones aleatorias en calles y avenidas de la Zona Metropolitana de Guadalajara, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez aseguró el 14 de febrero que no se reforzarían los límites con Colima; sin embargo, al día siguiente reculó y dijo que haría ajustes a la estrategia fronteriza de seguridad, luego de reunirse con autoridades colimenses.
En tanto, en Michoacán, donde en la primera quincena de enero se reforzó el personal de las Fuerzas Armadas con el envío de más tropas del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional para atajar la inseguridad que predomina en los municipios de Jacona, Morelia, Uruapan, Zamora y Zitácuaro, la violencia continúa con vigor. Incluso luego de ese refuerzo se conoció de los ataques con minas antipersonales a elementos militares y a un particular, quienes sufrieron lesiones. Los mandos castrenses informaron que se han detectado más de 250 de esas minas artesanales.
La lucha entre el CJNG y Cárteles Unidos, así como entre células del primer cártel, no dejaron de afectar a terceros, en este caso los limoneros y productores de aguacate, encareciendo el precio y complicando la distribución de estos productos por segunda ocasión en el año. Incluso, con todo y presencia militar, el 31 de enero fue asesinado a balazos el periodista Roberto Toledo, del medio Monitor Michoacán.
En febrero, más de mil soldados y 200 miembros de la Guardia Nacional incursionaron en el pueblo natal de “El Mencho” en Naranjo de Chila, pero fue un operativo más de presencia que de resultados.
LOS DESPLAZAMIENTOS
La guerra entre el grupo criminal de “Los Flechas”, del narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada (MZ), líder del Cártel de Sinaloa, y el CJNG en Zacatecas, arroja fatídicos resultados en lo que va de 2022, pues se han registrado crímenes con el sello de ambos grupos, provocando el desplazamiento de más de 10 mil habitantes pertenecientes a por lo menos 20 comunidades del municipio de Jerez.
Como si huyeran de la peste, la gente deja su casa, coge algunas pertenencias y animales en su intento de no estar en medio del fuego cruzado o del bandidaje de alguno de los dos cárteles.
En Jerez se tiene identificadas las comunidades convertidas en ranchos “fantasma”, como El Roble, Boquilla del Refugio, La Herradura, Parral de las Muertas, Sarabia, Sauz de los García de Arriba, Sauz de los García de Abajo, Ordoñez, Villa Hermosa, El Cargadero, Montes de los García, Plan de Carrillo, Guadalupe Victoria, Cieneguitas de Fernández, Parral de las Huertas, Los González y Palmas Altas. En algunas bardas, casas y vehículos queda la firma de alguna de las organizaciones criminales, a manera de grafiti.
Enero inició con una actitud provocadora de la delincuencia organizada, que al sexto día de avanzado el año, abandonó una camioneta de color gris en la plaza ubicada frente al Palacio de Gobierno de Zacatecas. Adentro de la unidad fueron localizados los cadáveres de diez personas con huellas de violencia, en un hecho inaudito. Después se anunció la captura de presuntos autores materiales, pero la información no se transparentó y a la fecha se desconoce dónde se encuentran las personas supuestamente detenidas.
En febrero, el día 5, se registró el hallazgo de seis cuerpos colgados de un barandal en el municipio de Pánfilo Natera, y en la misma fecha, en Fresnillo, fueron arrojadas a la vía pública los cadáveres de diez personas envueltas en cobijas. El 12 de este mes, cinco estudiantes que regresaban de divertirse por la noche fueron privados de su libertad y posteriormente localizados sin vida. Ese día, ocho mineros también fueron atacados, dos de los cuales murieron a manos de sicarios.
Otras diez personas fueron victimadas en diversos ataques armados, entre ellas un adolescente de 13 años de edad, en hechos ocurridos entre el 15 y el 17 de febrero. Lo anterior motivó el envío de más tropas del Ejército que llegaron a Zacatecas para reforzar la vigilancia y dar confianza para que los pobladores desplazados vuelvan a sus comunidades.
VIOLENCIA EN SONORA
Disputas internas al seno del Cártel de Sinaloa entre “Los Chapitos”, Los Salazar y gente del “Mayo” Zambada, más la presencia de restos de la organización Beltrán Leyva aliados con familiares de Rafael Caro Quintero y la incursión del CJNG, mantienen al rojo vivo la inseguridad en diversas regiones de Sonora, sobre todo en la zona más árida del corredor del Mar de Cortés a la frontera con Arizona, Estados Unidos.
La violencia no cesa, y durante enero, Sonora se colocó entre las seis entidades con más homicidios del año en curso, con 159. Durante el informe rendido el 20 de enero, la titular de la SSPC federal, Rosa Icela Rodríguez, advirtió: “Necesitamos mejorar en Cajeme”, ya que ese municipio, Caborca, Empalme, Guaymas, Hermosillo y San Luis Río Colorado, son los sitios en los que se han registrado los crímenes más cruentos.
Entre los hechos más recientes que alarmaron a ciudadanos y autoridades, se encuentra el ocurrido el 15 de febrero, cuando un comando armado, en dos convoyes de camionetas, la mayoría blindadas, irrumpieron en Caborca, registrándose una agresión que dejó dos personas muertas y cinco privadas de la libertad, mismas que después aparecieron con vida. La Policía presuntamente detuvo a tres sujetos sospechosos de pertenecer al comando. Se dijo que eran por lo menos 50 camionetas.
Tras este alarde de poder del grupo que fue identificado como el Cártel de Sinaloa, el gobierno municipal de Caborca y el del vecino Pitiquito, decretaron toque de queda para que la gente no anduviera en la calle durante la noche y se suspendieron las clases los días siguientes en escuelas de educación básica.
El gobernador del Estado, Alfonso Durazo, señaló que el atentado de los sicarios se debió a que un día antes se incautaron tres toneladas 50 kilos de cocaína en el Mar de Cortés y hubo seis personas detenidas.
Publicaciones de la región atribuyen el incremento de la violencia en toda esa región del desierto, a la disputa territorial entre los hijos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, conocidos como “Los Chapitos” (Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y Ovidio Guzmán) en contra de los sobrinos del también narcotraficante Rafael Caro Quintero, en la persona de José Gil Caro Quintero y Rodrigo Páez Quintero.
Al caldo de cultivo de balaceras, levantones y aparición de cuerpos, se suma el accionar de los otros grupos criminales que también buscan el control del tráfico de drogas y de personas indocumentadas para cruzar a Estados Unidos.