Cnzultoría Matrimonial y Familiar
Respirar correctamente puede ayudar a durar más, a relajarse, concentrarse y tener mejor sexo; es esencial para que el sexo sea mejor. Sabemos -o deberíamos saber- que el estrés es de los peores enemigos del sexo, y los expertos dicen que la forma en que se respira no solo ayuda con eso, incluso puede mejorar la circulación y aumentar el nivel de energía para tener una buena intensidad de principio a fin.
Lograr un incremento del placer sexual a través de la respiración implica un proceso que empieza con algo muy simple: antes de nada, uno debe estar relajado. Y es que la respiración y la relajación son grandes aliadas. A la hora de tener una sesión de sexo, si la persona se encuentra relajada, puede disfrutar más de cada pequeño detalle, saborear más minuciosamente cada momento y gozar intensamente de cada experiencia.
Al hacer respiraciones profundas, activan los músculos del suelo pélvico, que son los mismos que entran en juego durante los orgasmos y están conectados con los músculos del core (región lumbo-pélvica; por eso también hay ejercicios físicos que le ayudan con el sexo). Para que esto funcione, deben hacer respiraciones que involucren movimientos de los músculos, lo que pueden identificar cuando se produce un sonido más grave con la respiración.
Los expertos y yo recomendamos que, mientras respiran, se concentren en llevar la respiración hasta la zona genital (no es que el aire vaya a llegar hasta ahí, pero deben intentarlo), esto va a hacer que se enfoquen más en esa zona y a que tengan una mayor sensación, para que sea más fácil conseguir un orgasmo. Es muy común que durante el sexo las respiraciones se vuelvan superficiales y rápidas, eso hace que nosotros nos convirtamos en el obstáculo para tener una mejor experiencia sexual. Kait Scalisi, una educadora sexual enfocada en el placer, dice “que es importante, en especial cuando te acercas al orgasmo, tener una respiración más profunda, que también ayuda a que sientan una mayor conexión con la otra persona”.
Por otro lado, la respiración profunda ayuda a mantener la calma y evitar el estrés, y con eso el sexo se puede volver más íntimo y emocionante al mismo tiempo; además de que tener sexo en un estado más relajado ha demostrado ser mucho más satisfactorio. Los expertos recomiendan cerrar la boca y respirar usando solo la nariz, lo que ayuda a transportar más oxígeno al cuerpo, produciendo óxido nítrico y crea una sensación como de altura (volar) y lleva a usar el core y el suelo pélvico de una forma más efectiva. Esto se puede volver más difícil conforme la acción aumenta, pero los resultados valen la pena.
Existen algunos casos en los que, según cómo sea la persona a nivel sexual, es importante llevar a cabo otro tipo de respiración para lograr un mayor placer sexual. Si la persona tiene dificultades para llegar al orgasmo: puede empezar con una respiración pausada, pero es importante que pase, de forma gradual, a aumentar el ritmo respiratorio hasta llegar literalmente a jadear. Ello le permitirá sentir más placer. Si la persona padece eyaculación precoz, es recomendable que, aunque se sienta muy excitado, permanezca con una respiración profunda y lenta. De esta forma podrá mantener a raya la excitación, lo que le ayudará a prolongar la relación sexual.
Aprender a respirar de forma pausada y profunda, lentamente, resulta crucial para gozar más del placer sexual. Además, es difícil estar alterado, nervioso o enojado mientras se respira lentamente; de igual forma, no es fácil relajarse respirando deprisa. Así pues, es importante ser conscientes de que el control de la respiración en el sexo supone también un control físico y mental de la respiración en muchos otros ámbitos de la vida.
El truco para empezar es tomar el aire y llevarlo hasta la panza, en vez de hacerlo hacia el pecho. Este simple gesto permite una respiración lenta, notando que la barriga crece y se encoge. Para hacerlo bien, se debe tomar el aire por la nariz y soltarlo por la boca, despacito, muy despacito.
El Licenciado Roberto Bautista es terapeuta de parejas con maestría en Educación.