De repente la calle Misión de San Ignacio, a la altura del entronque con Bulevar General Abelardo L. Rodríguez, se cierra de tanta unidad blindada, tripulada por escoltas de seguridad armados que protegen a ex funcionarios de la Fiscalía General del Estado, que se reúnen en las oficinas privadas del ex fiscal Guillermo Ruiz Hernández. A la convocatoria del abogado llegan incluso integrantes de la FGE que hoy encabeza Ricardo Carpio, pero que sirven de escuchas vivientes para el ex titular, quien insiste en estar al tanto de lo que ocurre en la dependencia en la cual despachó durante dos años, los mismos del bienio bonillista. Entre quienes acuden a la “fiscalía alterna” están, por supuesto Ruiz Hernández, el ex fiscal central Hiram Sánchez, el ex comisionado Carlos Flores y hasta quien fue secretario del fiscal central, de nombre Jonathan Raudry Santana. Ahora sí que no superan haber sido desplazados, y desde Misión de San Ignacio, intentan mantener el control a través de los subalternos de Carpio. Qué oso… O qué intereses.