— Para este año nuevo tengo tres deseos.
“¿Cuáles son, cariño?”.
— Amor, dinero y salud.
“¿Sí?”.
— ¡Claro! Amor por la cerveza, dinero para comprarla y salud para beberla.
Autor: Un tequilero.
Feliz noche
— ¿Aún sigues enojada?
“¡Me prometiste que felicitarías a mi madre en fin de año!”.
— ¿Y no lo hice?
“¡Le dijiste feliz noche, vieja!”.
Autor: Un futuro soltero.
Vaya confusión
Un matrimonio de viejitos está cenando:
— ¡Feliz año nuevo!
“¡Cállate, viejo! ¿No ves que estamos festejando Pascua?”.
— ¡Feliz año nuevo!
“Dios mío, ¡qué calvario!”.
— ¡FELIZ AÑO NUEVO!
“A ver viejo, toma la dentadura”.
— ¡FELISA… ME MUERO!
Autora: Felisa.
Gorda
— Mi vida, estás muy gorda.
“Ay, mi amor, ¿no podrás decirme cosas más dulces?”.
— No, ¡porque te las comes!
Autor: El flaco.
Loco en el autobús
Un loco viajaba en un camión. Estaba sentado junto a la ventanilla, y cada vez que se asomaba, reía a carcajadas. Así estuvo por mucho tiempo hasta que, enfadado, el chofer del camión se detuvo y preguntó al loco:
— Desde hace un rato usted se viene riendo, ¿de qué se ríe?
“Ven y asómate a la ventanilla. Mira las llantas de atrás, están corre y corre, y por más que corren, ¡no alcanzan a las llantas de adelante!”.
Autor: Anónimo de un psiquiátrico.
Corte de pelo
Un hombre va a una peluquería y pregunta al dueño:
— ¿Cuánto cuesta la rasurada?
“100 pesos, y el corte de pelo, 200”.
— Bien, entonces ¡rasúreme la cabeza!
Autor: Un regiomontano.
Pepito en bicicleta
Una maestra se encuentra en una actividad con sus alumnos en el salón de clases:
“Niños, hagamos ejercicio dentro del salón, acuéstense de espalda al piso, levanten las piernas y muévanlas como si fueran en bicicleta”.
Los niños se acuestan y comienzan a mover sus piernas, imaginando que van en bicicleta.
Sólo Pepito no lo hace, entonces la maestra grita:
—¡Pepito! ¿Por qué no mueves tus piernas?
“¡Porque voy de bajada, maestra!”.
Autora: Una maestra frustrada.
Juanita en el hospital
Un hombre de avanzada edad convalece de una operación, por lo cual se le dificulta hablar. Una dama entra intempestivamente al cuarto del señor, y con voz aguda y de alto volumen, saluda:
“Hola, don Panchito. Soy Juanita, la esposa de su primo segundo, el que bautizó a Betito, el nieto del que toca el saxofón en el pueblo”.
Con voz entrecortada y mucho esfuerzo, el hombre susurra:
— ¿Quuueeé?
“Soy Juanita, la esposa de…”.
—¿Quuuueeeé?
“Juanita, la esposa de…”.
Tomando aire y con mucho esfuerzo, Panchito responde:
— ¡Quuueeé me importaaa!
Autora: Una enfermera.
Propósitos para 2022
- No voy a contar la misma historia de siempre en las reuniones familiares.
- Voy a ser más imaginativo.
- No voy a aburrir a mi jefe con la misma excusa para no trabajar. Voy a pensar en algunas otras excusas.
- Voy a hacer ecología y a bañarme menos para no gastar tanta agua.
- Voy a pensar en una contraseña que no sea “contraseña” u “hola”.
- Voy a renunciar a los chocolates. Totalmente. 100%. Completamente. Honestamente. EN ZERIO…
- Siempre voy a usar ropa interior nueva, por si acaso.
- Voy a gastar menos dinero en comprar cosas inútiles, como ese nuevo rebobinador de DVD que había pedido para Navidad.
- No volveré a quejarme de que la secadora encogió mi ropa, cuando en realidad engordé un par de kilos.
- No voy a sentarme frente a la computadora todo el tiempo. Voy a tratar de mantenerme de pie mientras escribo al menos media hora por día.
- Dejaré de usar los mensajes de texto como única forma de comunicación. Intentaré hablar a la cara.
- Comenzaré a comer más saludable… pero primero voy a devorar toda la comida chatarra que hay en la casa para que no sea una tentación.
- Sólo por hoy no pasearé en pijama por la casa durante el día.
- Me tomaré el tiempo para hablar en rima.
- Dejaré de fumar… mis propios cigarrillos.
- El mejor de todos:
En 2018 juré bajar 5 kilos.
2019: juré bajar 7 kilos.
2020: juré bajar 10 kilos.
2021: juré bajar 13 kilos.
Y en 2022, lucharé contra los patrones de belleza impuestos por esta sociedad consumista y materialista.
Autor: Mejor así lo dejamos.
