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sábado, octubre 26, 2024
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Proyectar realidades

Los periodistas, ciertamente, no son los seres superiores de la creación. Hay personas que se sorprenden de ver la ola de justas protestas que han surgido para repudiar los cobardes asesinatos de estos últimos días: José Luis Gamboa, en Veracruz; Alfonso Margarito Martínez Esquivel y Lourdes Maldonado, en Tijuana.

Por fortuna, quienes critican son una minoría.  Y aclarando: como en toda actividad humana, en el periodismo también hay buenos y malos, honestos y otros que no lo son tanto.  Ejemplos de buenos y profesionales, seguramente cada lector, lectora y público de los medios de comunicación tendrá identificados… por sus conductas, obras y resultados.

Es importante enfatizar que esta actividad de informar y proyectar realidades, como fin principal, conlleva un peligro mortal, por la exposición pública de quienes acuden a los lugares donde se generan las noticias. Los asesinatos en estos últimos años han aumentado, no tan solo por la desbordada delincuencia, sino por la impunidad y cobardía de quienes se acercan para apretar el gatillo o clavar un cuchillo.

Y lo principal: por la ineptitud de las autoridades que no tienen personas preparadas en la investigación. Pongamos el caso del arma con la que asesinaron a Margarito. De inmediato la autoridad informó que con esa arma habían agredido mortalmente a 4 o 5 personas y hasta dio el nombre de la organización propietaria de esa pistola o revólver.

¿Pusieron atención en esa arma? ¿Buscaron llegar a los dueños? Parecería que no.

Por un lado está la letalidad de la delincuencia. Por otro la incapacidad de la policía para la investigación. Las autoridades estatales y municipales, gustan de presumir en los medios de comunicación, que tienen plenamente identificados los sitios de mayor incidencia delincuencial. ¿Y? ¿Vigilan? ¿Hay policías de investigación? No tienen que informar quiénes son, pero sí presentar resultados de ese trabajo. Se sabe cantidad de muertos, pero no cuántos son los detenidos por esos delitos.

Los recientes asesinatos de periodistas, la forma y el lugar en que fueron ultimados, dan una respuesta a los que no saben de esa labor de informar a la sociedad. Son plenamente identificables, están expuestos y su arma es la cámara o la grabadora. Se concentran en su trabajo, no en observar si alrededor hay personas que quieren agredirlos.

¿Cómo pensar que asesinando a un periodista, desaparecerá la actividad de informar? En el caso de Lourdes, Margarito y otros que antes fueron masacrados y no hubo castigo para los culpables, la sociedad en su conjunto debe presionar para que se haga justicia.

Porque es un hecho que la impunidad alienta a estos crímenes.

Nota 1. Esta actividad es de las peor remuneradas y en muchos casos ni siquiera están protegidos con prestaciones de ley o la medicina oficial.

Nota 2. No hay duda, mientras las autoridades sigan despreciando la labor de los periodistas, mayor encono fomentará contra esta actividad.

Nota 3. Exigir justicia para los compañeros asesinados debería ser compromiso de la sociedad en general, no solo de los colegas. Castigar a los culpables sería un buen mensaje para los delincuentes y depredadores sociales. Ninguna impunidad para la delincuencia.

 

Luz Elena Picos es directora de Red Social de Tijuana.

Correo electrónico: redsocialtijuana@hotmail.com

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Luz Elena Picos
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