Uno.- Es lo menos que se puede decir del Presidente López Obrador y de quien, en los hechos, dirige la Secretaría de Salud, el doctor Hugo López-Gatell, ante el anuncio de la variante Ómicron del coronavirus; el primero llamó a celebración masiva y minimizó -otra vez- la pandemia que aún padecemos, en tanto que el segundo, fiel a su costumbre, dijo al respecto: “…tiene una mayor transmisibilidad que las variantes previamente conocidas, pero se ha exagerado su peligrosidad”.
Cuando se debería actuar con un mínimo de sentido común y prevenir un aumento de contagios, se hace exactamente lo contrario; tal como sucedió al inicio de la pandemia, se le resta importancia y se pasan por alto las observaciones y recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en cuanto a la pandemia, y con relación a Ómicron, se afirma que “no hay evidencias que justifiquen medidas exageradas”.
Con su recurrida frase “prohibido prohibir”, AMLO celebró tres años de gobierno con música, artistas, rumba, mariachi, jaraneros y con uso de cubrebocas opcional entre los asistentes.
Desde Oaxaca a inicios de la semana, el Presidente fijó su postura, descartando un cierre de actividades ante la nueva variante del COVID-19. “No tenemos ese pronóstico (…) no hay elementos para preocuparnos, no hay motivos de riesgo”. Lo secundó el reaparecido López Gatell: “Ómicron es la más reciente variante de preocupación del SARS-CoV-2; algunos datos sugieren que tiene mayor transmisibilidad que las previas. No se ha demostrado que sea más virulenta ni que evada la respuesta inmune inducida por las vacunas”.
Doz.- Así pues, con la iniciativa del Presidente López Obrador y el “visto bueno” del subsecretario de Salud, en un Zócalo “democrático,” los invitados especiales y sus seguidores, muy juntos todos, este miércoles celebraron los tres primeros años del gobierno con Morena en el poder, de los cuales casi dos de ellos han transcurrido entre la pandemia de COVID y el actuar errático de administración federal en torno a ella.
Algunos destacados científicos criticaron la actuación del gobierno federal; el Dr. Arturo Erdely, actuario y doctor en Ciencias Matemáticas por la UNAM, dijo que el peor error que pueden cometer las autoridades sanitarias en México sería pecar de optimistas, pues en la crisis sanitaria “la anticipación es todo”.
Pero a veces puede más el ego, el populismo y las ganas de ser adulado que el sentido común. Ojalá no se tengan que desdecir en las semanas que vienen; recuérdese cuando nos dijeron que se trataba de poco más de una “gripita”, salgan, abrácense, bésense, coman garnachas, váyanse de paseo, el cubrebocas sirve para lo que sirve y no sirve para lo que no sirve, los niños no se contagian, no es necesario vacunar a los menores de edad… Han transcurrido 21 meses y la cifra de fallecidos por COVID rebasa fácilmente los 500 mil.
Aun cuando la misma OMS señaló el martes que se sobrerreaccionó ante la aparición de Ómicron, más vale pecar de exagerados que de omisos; la información se nutrirá en las próximas semanas.
Trez.- Otros irresponsables en estos tiempos de crisis de salud, social y económica, son los altos funcionarios que se siguen sirviendo con la cuchara grande, mientras “el pueblo” (ese ente abstracto que les gusta citar solo cuando les conviene), batalla para sobrevivir diariamente.
Con aguinaldos y gratificaciones de fin de año de entre 300 mil y 500 mil pesos, son la clase privilegiada: Los Ministros de la SCN recibirán 585 mil pesos; los Consejeros de la Judicatura Federal 584 mil pesos; los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, 577 mil pesos; la gris titular dela Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), 351 mil pesos; el fiscal general de la República, 71,621 pesos por aguinaldo, más 251,739 pesos por “bonificación de fin de año”; los diputados y senadores andan por los 300 mil pesos. No son estos, pues, ejemplos de “austeridad republicana”.
En tanto, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (octubre de 2021) del Inegi, indica que 14 millones de mexicanos sobreviven con solo el salario mínimo… ¿Austeridad? ¡Mis polainas!
P.D. Buena parte del territorio nacional se ha convertido en ‘tierra de nadie” o, más bien, en territorio donde la delincuencia manda, hace y deshace a su antojo.
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana.
Correo: profeohe@hotmail.com