El panorama laboral para el fiscal regional de Ensenada, Rafael Orozco Vargas, es desalentador. El abogado procedente de Mexicali, llegó al puerto el 1 de julio con la encomienda de implementar una estrategia para disminuir el delito de robo con violencia, principalmente, en la zona noroeste de Ensenada, donde suceden la mayoría de los atracos. De los trece asaltos a mano armada que más llamaron la atención en el séptimo mes, la cifra se disparó a 30 en agosto y así se ha mantenido la incidencia delictiva. Los propios elementos de la fiscalía menosprecian el trabajo de la unidad con el argumento de que el robo ya es “pan de cada día” y los encargados de la oficina necesitan más calle y menos escritorio. Aunque el fiscal Rafael fue un agente destacado en la Capital del Estado, y vino para sustituir a Víctor Miguel Guerra Enríquez, quien no pudo con el encargo, le urge sacar la garra y poner en orden la plaza.
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