Cómo el tiempo se me acaba
reniego de mi destino;
fue tan fugaz mi camino
que crucé como una bala.
Como quien dice, fue ayer
que me trajeron al mundo;
se me hizo que fue un segundo
que nada logré entender.
Se acabó mi amanecer,
me espera el sueño profundo.
Alberto Torres Barragán.
Tijuana, B.C.