De Trez en Trez
Estos son los ingredientes para preparar un “sabroso” y problemático caldo o sopa (según se prefiera), con ingredientes de origen nacional y otros traídos del resto de nuestro continente -también de más allá- y que dan como resultado una posible crisis humanitaria cuya solución va para largo. Veamos:
*Una pandemia venida de Asia que ha cobrado la vida de millones de seres humanos en todo el mundo y cuya culminación no se ve cercana. La misma ocasionó una crisis económica a nivel global en diferentes niveles, según el desarrollo de cada país afectado.
*Además de la crisis de salud, la pandemia provocó la pérdida de millones de empleos en todo el mundo, incluido nuestro país, donde se estima (Inegi) que más de 12 millones de personas habían perdido su empleo.
*La añeja violencia delincuencial y política que reina en países centroamericanos como El Salvador, Honduras y Nicaragua.
*Los miles de mexicanos que salen del país en busca de refugio en Estados Unidos, debido a la violencia registrada en sus estados, tales como Michoacán, Guerrero, Jalisco, Durango y Zacatecas, entre otros, donde el narco reina y manda, a pesar del discurso oficial que dice lo contrario. Se calcula que son casi una tercera parte de los que migran.
*La pobreza agudizada en Haití, el país más pobre del Continente Americano, donde los sismos y la violencia política reciente (asesinato del presidente Jovenel Moïse el pasado mes de julio) agravaron su ya de por sí precaria economía.
*62 años de dictadura en Cuba, que restringe el desarrollo y las libertades esenciales de los cubanos no ligados con su régimen, al que desde este gobierno “transformador” de la 4T se le reconoce, se le admira y se recibe a Miguel Díaz-Canel con trato especial; heredero de los Hermanos Castro (no el grupo musical), continuador de su “legado.“ Situación que no pasó desapercibida para Washington… como tampoco la presencia de Nicolás Maduro, su émulo en Venezuela.
*Una política pública de migración confusa, contradictoria, incompleta e insuficiente de la actual administración federal, que primero “invita” a los migrantes a que vengan, les ofrece empleo en sus programas sociales, les promete seguridad y atención médica; para después “desinvitarlos”, impedirles el paso, realizar redadas para detenerlos, perseguirlos, deportarlos y de pasadita vulnerar sus derechos humanos.
Y decimos política pública insuficiente e incompleta porque el Instituto Nacional de Migración (INAMI) no cuenta con presupuesto, personal capacitado (por eso se habilito a la Guardia Nacional), ni instalaciones suficientes para hacerle frente a la marea migratoria que se padece en el sur y en el norte del país.
*Y para rematar, un gobierno de Estados Unidos de Norteamérica que presiona para que México endurezca en los hechos (en las palabras continúan haciendo malabares) y frene el éxodo de cubanos, haitianos, centroamericanos y mexicanos que buscan mejorar sus condiciones de vida, aunque sea lejos de sus respectivos países pues no la encuentran en el propio.
Así pues, difícil el problema de los migrantes que transitan por México buscando llegar a los Estados Unidos, de los cuales el 70 por ciento son centroamericanos, haitianos, cubanos, brasileños y ecuatorianos; y el 30 por ciento mexicanos desplazados. Todo un acertijo difícil de resolver para el gobierno federal, en el que, demostrado está, “se les hace bolas el engrudo”.
P.D.- Hasta en los migrantes hay diferencias; no a todos se les recibe casi con alfombra roja y con la presencia del titular de Relaciones Exteriores, como a los que llegaron de Afganistán…
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana.
Correo: profeohe@hotmail.com
