De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, el concepto de igualdad sustantiva (el acceso al mismo trato y oportunidades para el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales) surgió ya que la igualdad formal (igualdad ante la ley, trato igualitario) no es suficiente para garantizar que las mujeres sean capaces de disfrutar de los mismos derechos que los hombres, debido a las desventajas históricas y estructurales, diferencias biológicas y la materialización del derecho.
Dentro de este encuadre, es necesario realizar cambios estructurales para disminuir la brecha de desigualdad y brindar oportunidades para el goce de los derechos humanos; en este contexto, el 22 de septiembre del presente año, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tuvo otro gran acierto: anunció que por primera vez en la historia dará las licencias de paternidad por tres meses pagados, igual que las de maternidad. Ello para terminar con el estereotipo de la mujer cuidadora, con la discriminación laboral y romper la brecha salarial, entre otras.
Así, el Acuerdo General de Administración Número X/2021, instituye que esta medida contribuye a la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres, toda vez que, por una parte, permite eliminar el estereotipo de género en torno a que las labores de cuidado infantil corresponden a las mujeres y, por la otra, promueve la igualdad de oportunidades laborales al reducir la discriminación, específicamente en su contratación, por la idea estereotipada de considerar que las mujeres mienten y se aprovechan de sus ventajas biológicas -como su capacidad reproductiva- para obtener beneficios injustificados.
Por ello, con esta se desincentiva a las personas empleadoras a anteponer la contratación de hombres ante la carga que implica la licencia de maternidad por los noventa días, cuando exclusivamente se otorga esa clase de permiso a las mujeres, lo que se constituye como una de las mejores prácticas en materia de igualdad de género y a favor de los distintitos tipos de familias, como las monoparentales de un solo padre. Los datos de la OIT indican que alrededor del 70% de una muestra mundial representativa de mujeres preferirían tener un trabajo remunerado, sin embargo, en 2018 solo el 45,3% de ellas tenían un trabajo.
Las cifras de ONU Mujeres señalan que en 2013, la relación entre hombres con empleo y población se ubicó en un 72,2%, mientras que esa relación entre las mujeres fue del 47,1%; el 49,1% de las mujeres trabajadoras del mundo se encontraba en situación de empleo vulnerable, a menudo sin protección de las leyes laborales, frente al 46,9% de los hombres. En la mayoría de los países, las mujeres en promedio ganan sólo entre el 60 y el 75% del salario de los hombres. Las mujeres dedican entre 1 y 3 horas más que los hombres a las labores domésticas; entre 2 y 10 veces más de tiempo diario a la prestación de cuidados (a los hijos e hijas, personas mayores y enfermas).
En materia de igualdad sustantiva, aún hay mucho camino por recorrer, pues este acuerdo de la SCJN no genera los efectos generales deseados, pues la Ley Federal de Trabajo aún establece en el artículo 132, fracción XXVII Bis, “la obligación del patrón de otorgar una licencia de paternidad de cinco días laborables con goce de sueldo a los hombres que trabajan al momento de que nace su hijo. De igual manera, en el caso de un proceso de adopción”.
En consecuencia, es importante entender los problemas estructurales y seguir impulsando la política pública para alcanzar la igualdad sustantiva, pues, aunque este criterio no es vinculante para el resto de los poderes y las entidades federativas, podríamos estar ante el camino para recurrir los actos de autoridad futuros mediante el litigio estratégico a favor de la igualdad.
Mucho se puede ganar con esta atinada decisión de la Corte; ganan los hombres, ganan las mujeres, y definitivamente los niños y las niñas también verán importantes avances en la garantía de sus derechos, pues se podrá tener un mejor escenario para su crianza positiva y tendrán la oportunidad de crecer sin los mismos estereotipos con los que crecieron las pasadas generaciones.