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jueves, febrero 15, 2024
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Narcolaboratorio de “El Mayo” en Ensenada: para consumo local

Los precursores localizados en Piedras Gordas y en la

bodega de la calle México, eran para la producción de


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cristal, droga que se fabrica de manera clandestina y

se trafica a Estados Unidos, pero una parte se queda

en Baja California para consumo local. En las calles,


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el cristal o piedra cuesta entre 50 y 100 pesos, dosis

suficiente para que los adictos pasen el día dopados.

Expertos estiman que una de cada diez personas se

recupera de su adicción

El séptimo laboratorio de precursores químicos para la producción de drogas sintéticas fue desarticulado en Ensenada, la mayoría se atribuye al Cártel de Sinaloa, operado por Ismael “El Mayo” Zambada García.

A un mes de que efectivos de la Guardia Nacional (GN) y la Secretaría de Marina (Semar) realizaron el operativo, la Fiscalía General de la República (FGR) no concluye con las diligencias.

El 9 de agosto, un grupo de policías federales llegó a la zona alta de Piedras Gordas, pequeña comunidad asentada entre el municipio de Ensenada y la delegación Ojos Negros, donde por lo general se realizan actividades familiares campestres.

El operativo terminó con la clausura de una bodega donde se almacenaba equipo y a la fecha sigue bajo custodia. Se localiza en la calle México de la colonia Carlos Pacheco, y contiguo a este predio, el Rastro Municipal, la Perrera Municipal, la Estación de Bomberos Valle Dorado y las antiguas oficinas de Protección Civil Municipal.

Se trata del séptimo taller de narcóticos que agentes federales desarticulan en contra de integrantes del grupo delictivo sinaloense en los últimos dos años. De acuerdo con información de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación (GESI), quienes han rastreado las ubicaciones, uno de los más relevantes fue una bodega encontrada el 25 de mayo de 2020 sobre Avenida Reforma, en Valle Dorado, donde las autoridades incautaron 12 mil 800 litros de precursores químicos y 22 vehículos, algunos de lujo.

El inmueble sigue con sellos de la FGR y custodiado por personal de Seguridad Pública Municipal. Fuentes policiales afirmaron que era operado por integrantes del Cártel Arellano Félix (CAF). En el lugar dejaron una camioneta desmantelada de la Dirección de Seguridad Pública Municipal.

Asimismo, el 3 de junio de 2020, las autoridades llevaron a cabo acciones de seguridad a la altura del Kilómetro 73+800 de la Carretera Libre Rosarito-Ensenada, donde incautaron vehículos de motor y precursores químicos propiedad del Cártel de Sinaloa.

Para el 4 de octubre del mismo año, otro narcolaboratorio de Sinaloa fue destruido en las inmediaciones de San José de la Zorra y Rancho La Rosca, en la zona del Valle de Guadalupe. Se sacaron costales de ácido cítrico, lanolina anhidra, alcohol etílico y bolsas de hidróxido de sodio (sosa cáustica).

En un año y medio, en Baja California se han desmantelado 12 narcolaboratorios, de los cuales siete se encontraban en plena operación en Ensenada, conforme a datos publicados por ZETA en el reportaje “Once narcolaboratorios en BC (publicado en página web el 28 de junio de 2021).

 

PARA TRÁFICO Y CONSUMO LOCAL

Los precursores localizados en Piedras Gordas y en la bodega de la calle México eran para la producción de cristal, presuntamente operada por gente del Cártel de Sinaloa a las órdenes de “El Mayo” Zambada.

Los criminales han extendido su zona de operación desde Mexicali hasta el puerto de Ensenada, donde policías y agentes de la GN tenían conocimiento de la operación de los talleres de drogas.

La primera línea de investigación refiere que esta acción se realizó como resultado de un cambio de mandos en la corporación federal, quien detectó la operación criminal y “tronó” el laboratorio.

En Piedras Gordas detuvieron a tres sujetos que fueron liberados horas después, por lo que al llegar a la bodega, no encontraron a ninguna persona, sólo el equipo y cuatro vehículos, papel, bolsas con cristal y tambos con líquido para la fabricación de esta droga, así como tres costales con la misma. Todo quedó asentado bajo la carpeta de investigación 328513/2021.

La droga que se fabrica de manera clandestina, se trafica hacia EU, pero una parte se queda en Baja California para el consumo local.

 

CRISTAL, UNA DROGA QUE ACTIVA

El costo del cristal o piedra en el mercado local, es de entre 50 y 100 pesos, dosis suficiente para que un adicto pase el día dopado. Se estima que una de cada diez personas se recupera de la adicción a dicha droga, sin embargo, gran parte terminan con problemas de salud mental irreparables.

Hay diferentes formas de uso, fumada con foco, inhalada como cocaína e inyectada.

De acuerdo con un psicólogo con especialidad en tema de adicción, quien colabora en dos centros de rehabilitación, los niveles de consumo de cristal en Ensenada son preocupantes. El adicto encuentra en esta droga un efecto positivo y una energía que le reactiva. También la usan para bajar los niveles de alcohol o los efectos de otras drogas, aunque no tiene el mismo grado de potencia que la cocaína.

El gancho para desarrollar una adicción a mediano plazo, pueden ser altos niveles de estrés y/o cansancio laboral.

“Es activador, suele cumplir su función, puedes trabajar mejor y sentirte mejor, es más placentera porque son más duraderas, y suelen usarla para relaciones sexuales más satisfactorias”, indicó el experto en salud mental.

La sustancia reactiva desencadena enfermedades como esquizofrenia, bipolaridad u otros padecimientos, aunque cada cuerpo es distinto. Una de las secuelas, es que el consumidor termina con una sensación de cansancio, como haber ingerido una gran dosis de azúcar.

La estadística refiere que entre el 60 y 70% de los drogadictos en la región son consumidores de cristal, en edades de 8 hasta 65 años.

La mayoría de los niños se introducen en este ambiente cuando buscan un sentido de pertenencia a su vida e inician con el consumo de marihuana, posteriormente exploran con drogas más fuertes, alcohol y cigarro.

“A la primera no se logra la adicción, sino con el abuso y generación, es progresiva y es un proceso. Inicia con un primer consumo, si la gratificación fue grande, empieza el cerebro a funcionar”, abundó a ZETA el psicólogo.

Lo lamentable es que está sustancia no es directamente mortal y, por lo tanto, los consumidores están más cerca de la locura que de la muerte.

El ingreso de los químicos al cuerpo inicia un proceso de degradación lenta, casi de inmediato los consumidores dejan de dormir, hay descalcificación, el cerebro pierde hidratación, pues la droga quita hasta la sed y el hambre, y este desgaste trae consigo alucinaciones y delirio.

Aunque el cristal en sí, no es mortal, el comportamiento de los intoxicados puede ser peligroso tanto para ellos como a sus allegados, ya que suelen tener una actitud agresiva, intolerante y hasta eufórica.

No sólo se ve en ellos un deterioro a nivel biológico, también en las relaciones sociales, familiares, laborales y educativas.

Los coadictos son esos familiares que están pegados, porque sufren desvelos, peleas y preocupación. La inestabilidad emocional es desgastante, en muchos de los casos las parejas terminan por dejarlos, aunque hay personas que mueren en la raya.

 

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