El autor español publica “Independencia”, novela policíaca recién editada por Tusquets. “Ya sé que hay gente que piensa que la novela policíaca es un género menor, pero quien piensa eso no sabe lo que es la literatura; porque en la literatura no hay géneros mayores y menores”, expresó Javier Cercas a ZETA, durante su participación en Hay Festival Querétaro
La justicia y la venganza, la política o el poder, dialogan en la novela policíaca “Independencia” de Javier Cercas, recién publicada este año por la editorial Tusquets de Grupo Editorial Planeta.
Con “Independencia”, Cercas regresa con el personaje del policía lector que inició con “Terra Alta”, novela con la que ganó el Premio Planeta en 2019.
“Cuando acabé de escribir ‘Terra Alta’ supe que ahí no acababa todo, tal vez en parte porque me enamoré del personaje de Melchor Marín, pero yo supe que ahí no acababa todo; lo que quería era contar la vida entera de este personaje”, expresó a ZETA Javier Cercas en enlace vía Zoom (Tijuana-Barcelona), previo a su participación en Hay Festival Querétaro que se llevó a cabo del 1 al 5 de septiembre de 2021.
El autor de novelas como “El móvil” (1987), “Una buena temporada” (1998), “Relatos reales”, (2000), “Anatomía de un instante” (2009), “Soldados de Salamina” (2001) y “El monarca de las sombras” (2017), contó a este Semanario que ha emprendido un proyecto de cuatro novelas con el policía lector, Melchor Marín, como protagonista:
“‘Terra Alta’, ‘Independencia’, una tercera y una cuarta, y ya no habrá más, son una larga novela integrada por cuatro novelas más breves, cada una de las cuales puede leerse de manera autónoma, ése es el desafío”.
LA NOVELA POLICÍACA
En “Independencia”, Javier Cercas cuenta la historia de Melchor Marín, un policía que es contratado para resolver un caso de extorsión en el que la alcaldesa de Barcelona es chantajeada con unos videos sexuales, donde ella es la protagonista; pero merodear por los secretos del poder político y económico, puede traer consecuencias fatales.
— Hay quienes consideran a la novela policíaca un género menor. ¿Por qué le interesa la novela policíaca?
“Borges decía que todas las novelas son novelas policíacas. Bueno, las mías lo son, desde luego, siempre lo han sido; en todas había un enigma y alguien que quería resolver un enigma. En este caso es más claro porque hay un policía y un crimen, en la primera página de ‘Terra Alta’. Ya sé que hay gente que piensa que la novela policíaca es un género menor, pero quien piensa eso no sabe lo que es la literatura; porque en la literatura no hay géneros mayores y menores, hay sólo formas mayores o menores, es decir, mejores o peores de usar los géneros.
“La tragedia tiene a Shakespeare y Sófocles, que son buenísimos, pero también tiene un montón de mediocres. Pues con la narrativa policial ocurre lo mismo, que tiene a Edgar Allan Poe, Borges, Sciascia, Chandler y a muchos escritores muy buenos, y a otros que son muy malos. En definitiva, sólo hay dos tipos de novelas: las buenas y las malas; todo lo demás es verborrea, palabrería, no sirve para nada”.
En cualquier caso, Cercas confesó que en el proceso de creación primero surgió el personaje, Melchor Marín, quien condujo al escritor hacia una novela policiaca:
“Yo no estoy seguro de haber escrito una novela policíaca. Al fin y al cabo, hay un policía, una investigación y un crimen, en ‘Terra Alta’. En el caso de ‘Independencia’ hay una extorsión sexual, una investigación policial y los métodos son policiales, pero yo nunca quise escribir una novela policíaca, de verdad. Cuando nació Melchor Marín, lo único que me interesaba era Melchor Marín, que me ha fascinado, que he querido seguir y cuya vida he querido contar; es un personaje lleno de oscuridad, de dolor, de furia, de deseos de venganza, capaz de lo peor y de lo mejor. Alguien ha dicho que Melchor ‘es un buen mal policía’, me parece correctísimo. Como Don Quijote es un cuerdo loco, Melchor es un hombre completamente lúcido y completamente loco; eso es Don Quijote, pero Melchor es capaz de lo mejor y de lo peor.
“Cuando este personaje se me apareció, lo único que yo quería era saber de él, pero yo no sabía que era un policía, ni quería escribir una novela policíaca. En un determinado momento, cuando ya había empezado a escribir, dije ‘Dios Santo, este tío sólo puede ser un policía’; tal vez porque el tema de estas novelas es, en el fondo, el dilema o el diálogo entre la justicia y la venganza; es así de sencillo, no es que yo fuera a buscarlo. En un determinado momento comprendí que era policía, y, créeme, para mí eso fue un problema porque ninguno de mis protagonistas había sido policíaco, no conocía los métodos policiales que son muy complejos, tuve que aprender muchas cosas de este asunto y más que tengo que aprender todavía”, apostilló Javier Cercas.
LA CLEPTOCRACIA
Más allá de los policías y delincuentes, en “Independencia” Javier Cercas lleva a la novela policíaca a debatir temas universales como la política y el poder; de hecho, retrata a la clase política como una cleptocracia que, con el discurso del patriotismo, se dedica a saquear.
“Al empezar la democracia, el nacionalismo instauró en Cataluña una cleptocracia clientelar. O sea, el gobierno autonómico robaba a los ciudadanos y el producto del saqueo se lo repartían entre el partido del gobierno y las familias del partido del gobierno, empezando por la familia del presidente”, reflexiona un personaje en alguna parte de “Independencia”.
— Parecería que la cleptocracia no es exclusiva de Cataluña, también abunda en México. ¿Por qué ha querido retratar a la clase política como una cleptocracia?
“Porque lo es, lo ha sido. En Cataluña hemos vivido una época, que todavía pervive en muchos sentidos, terrible, terrible. Hay un personaje que dice ‘España es un país corrupto, pero Cataluña es una cleptocracia’. Esto es así, a unos niveles tremendos, y el resultado de eso ha sido la crisis. Además, era un robo que tenía una justificación maravillosa, que es la del patriotismo, por supuesto; no hay justificación mejor que ésa para robar”.
Y advirtió sobre los autonombrados “patriotas”:
“Decía Samuel Johnson (Reino Unido, 1709-1784): ‘El patriotismo es el último refugio de los canallas’. Pues en este caso ha sido así, y lo es en muchos lugares. No me voy a poner a hablar de México porque no soy mexicano y no conozco, pero es evidente que en Latinoamérica en general conocéis muy bien estos gobiernos cleptocráticos, estas élites instaladas en el poder que se dedican a saquear a los ciudadanos, esto lo conocéis muy bien y aquí (en Barcelona) también lo conocemos muy bien; no sé si en los mismos niveles, pero en Cataluña ha habido años terribles, épocas terribles. Estas élites enquistadas en el poder son, efectivamente, tóxicas.
“Este libro, en este sentido, es una llamada a la insurrección democrática. Yo tengo fama de escribir novelas políticas, no es verdad, yo escribo novelas, sólo que algunas tienen un cierto componente político mayor que otras. En este caso es así, al adentrarse para resolver el caso de la extorsión de la alcaldesa de Barcelona, Melchor Marín se encuentra con unas élites político-económicas enquistadas en el poder corrompidas, porque las élites enquistadas en el poder se corrompen políticamente, económicamente y moralmente, eso hay que acabar con ello. Melchor lo hace por la vía rápida. Nosotros tenemos un instrumento que se llama democracia, nosotros no podemos recurrir a otros instrumentos.
“La democracia es el mejor invento que hemos creado para acabar con esas élites corruptas, pero la democracia si nos la tomamos en serio, no eso de votar cada cuatro o seis años. La democracia significa ‘poder del pueblo’; ‘poder del pueblo’ significa que hay que controlar a nuestros políticos, eso tiene que ser de cada día y es una responsabilidad. Si los políticos son corruptos es porque nosotros permitimos que sean corruptos, porque somos nosotros los que los ponemos ahí.
“Entonces, lo que hace la literatura es convertir lo particular en universal; lo que ocurre en un lugar es lo que ocurre en muchos lugares, o lo que ocurre en todas partes. En esta novela se habla de esa élite corrupta que ha gobernado y, en grandísima parte, sigue gobernando la Cataluña actual, pero vale para muchos otros lugares, donde nosotros los ciudadanos no luchamos lo suficiente para que la democracia se imponga e impida que esas élites se enquisten en el poder y envenenen la vida pública”, complementó Javier Cercas.
EL PODER
Por “Independencia” también pululan diversos aforismos y reflexiones en torno al poder y el dinero: “…no es que el dinero sea una forma del poder. Es que es el poder”; “lo que te da poder, no es salir en los medios, sino no salir”, se lee por alguna otra parte de la obra literaria Javier Cercas.
— ¿Por qué le interesa hablar del poder a través de una novela policíaca?
“El poder no es malo por sí mismo, depende de quién lo use y cómo lo use. El poder siempre quiere más poder y el dinero siempre quiere más dinero, eso está en su naturaleza y la democracia lo que hace es darnos instrumentos para impedir que el poder y el dinero nos asfixien; que el poder esté al servicio de los ciudadanos y que el dinero se reparta de una manera equitativa y esté al servicio de todos también.
“Claro, el poder es, desde luego, fascinante, y la relación entre el poder y el dinero es fascinante también. En el libro hay un personaje que es víctima a la adoración al dinero, porque el dinero es importante. Los únicos que piensan que el dinero no es importante son los ricos, porque lo tienen. Los pobres sabemos que el dinero es importante, pero el dinero no lo es todo. Quien adora al dinero, está perdido”.
En su argumentación sobre poder y democracia, Javier Cercas trajo a colación el papel del periodismo: “La democracia es cosa de todos, en particular de los periodistas. Sin periodistas de verdad que estén diariamente controlando al poder, es imposible la democracia; sin prensa libre, de verdad, no de la que vive de este partido o del otro, o de este ricachón o del otro. Por eso este libro es un llamado a la insurrección, pero a la insurrección permanente”.
Al concluir la entrevista, Cercas fue lapidario: “La literatura es una forma de insurrección, pero la democracia también lo es; y es la única válida. Quemar contenedores o andar a tiros, eso no sirve para nada, nunca ha servido para nada”.