Quienes andan cabildeando no solo en Baja California, sino en varios estados donde habrá relevo en el gobierno estatal, son aquellos que integran la cúpula de Ejército Mexicano. Cuentan que en el Estado se han acercado a Marina del Pilar Ávila Olmeda, la gobernadora electa, y a los cinco alcaldes electos, con miras a “sugerir” -no vaya a pensar que a imponer- a quienes serán los titulares del área de seguridad. Los militares en Ciudad de México esperan que Marina cumpla su promesa de reinstaurar la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y encabece, por supuesto de la mano de la milicia, la estrategia de combate a la seguridad en Baja California. A diferencia del todavía gobernador, Jaime Bonilla Valdez, quien se desentendió de esa obligación y delegó tal facultad a la Fiscalía General del Estado y Guardia Nacional. A tres meses de tomar posesión los nuevos presidentes municipales y cuatro de que lo haga la primera mujer gobernadora del Estado, los militares ya cabildean para incidir en los nombramientos en esas posiciones
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