Lo primero que hay que decir aquí, es que esta historia pasada es estremecedoramente vigente. Al menos así se percibe tras el asesinato de George Floyd y las violentas protestas sociales que irrumpieron después del lamentable caso de brutalidad policíaca.
La película, además, está cargada de adrenalina, crítica y está poderosamente actuada por Daniel Kalunya, quien encarna a Fred Hampton, el carismático líder de las Panteras Negras desde su sede en Illinois, blanco del entonces director del FBI, J. Edgar Hoover.
William O’Neal es un ladrón de alta escuela que además es informante del FBI. A él le toca la imposible tarea de pisarle los talones a Hampton, quien fue abatido, finalmente, por las autoridades, cuando apenas tenía 21 años, aunque poco tiempo necesitó para revolucionar la forma de pensar de la comunidad afroamericana.
La poderosa personalidad de este histórico líder de los derechos civiles irradia en la gran pantalla mientras observamos cómo la intimidación y la corrupción del sistema penetra poco a poco a la minoría que está tratando de defender de la opresión. Son ellos quienes acaso representan a Judas… aunque claro, también está ahí O’Neal cómodamente jugando con las partes involucradas.
La persuasiva dirección de Shaka King es otro elemento a destacar en este filme que para matizar al protagonista hasta integra su romance con la activista Deborah (Dominique Fishback), y es en estos momentos cuando no alcanzamos a entender cómo Hampton, siendo tan joven, fue un gran visionario capaz de mantener la calma en medio de la amenaza y el caos.
Con una trama bien llevada, un estupendo reparto encabezado por Kalunya y un tema tristemente vigente hasta nuestros días, esta es una cinta para meditar, disfrutar y nunca olvidar. Disponible a través de Cinépolis Klic.****
Punto final. – Hace unas semanas Netflix estrenó “Blackkkansman”, sobre el mismo tema. No dejen de verla.
