Quien confirmó el desvío de vacunas autorizado por el delegado único del Gobierno Federal, Alejandro Ruiz Uribe, para privilegiar a reporteros por encima de la población en rango de edad para vacunarse contra la COVID-19, fue el secretario de Salud de Baja California, Alonso Pérez Rico. Y lo hizo en una de las conferencias del gobernador Jaime Bonilla, al informar que, efectivamente, cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, detuvo la alevosa vacunación, al tiempo que Bonilla justificó a Ruiz Uribe diciendo que “hacía cosas buenas que parecen malas”, con lo que dio por concluido el tema y no incluirá una investigación. El doble rasero de Bonilla destaca porque, en el caso de Ruiz Uribe, no emitió ningún juicio de valor, como sí lo hizo, por ejemplo, cuando un médico de Ensenada se aplicó la vacuna sin estar en la primera línea de atención de la COVID-19 al inicio de la jornada nacional de vacunación. Para el gobernador, aquel doctor incurrió en una irregularidad y por ello lo bulleó por varios días, lo que no hizo con Ruiz Uribe, cuando este tiene el agravante de ser funcionario federal. Posición que utilizó para desviar vacunas para un sector no considerado, en ese entonces, para la vacunación. Lo peor del caso es que el delegado único intentó justificar, en un mensaje enviado a la codirectora de ZETA, que lo que él había solicitado a los medios de comunicación, fue una lista de los colaboradores de 40 años, cuando de hecho, requirió se anotaran todos los reporteros que quisieran vacunarse, sin importar su edad. Pero en la cuatroté bajacaliforniana, ese desvío y esas acciones se justifican y se permiten. Por cierto, quienes de manera pública, sin ilícito ni opacidad, vacunarán a los reporteros que así lo deseen, son los integrantes del Consejo de Desarrollo de Tijuana. Informaron que la empresa IENOVA, antes Sempra, había donado un lote de vacuna Johnson & Johnson para inocular a reporteros sin importar su edad, así como a policías, rescatistas y bomberos, lo cual empezarán a hacer hoy viernes en El Chaparral. Aunque, claro, con la donación de vacunas del gobierno de Estados Unidos al de México, ya prácticamente toda la población adulta de Baja California, comprendida entre la edad de 18 a 90 o más, se puede aplicar la vacuna contra el virus SARS-CoV-2… sin necesidad de gozar del privilegio de Ruiz Uribe.