A casi 100 años del nacimiento de partidos o instituciones políticas en México. Antes eran autóctonos y se valían por sus principios; eran inéditos y se hacían valer por sus ideologías y luchas internas para ser los mejores y buscar el triunfo. Así se forjaron tales partidos, solos y sin necesidad de pedir ayuda.
¡La sed y sueño de triunfo es su común denominador en todo instituto político, es esa la verdad, pero representar las causas sociales es el fin real!
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Llegan las alianzas, los acuerdos, las decisiones del centro del país, los comités, los delegados, las impugnaciones y no ser democrático. Todo eso ha hecho que los partidos políticos hoy hagan luchas tripartitas; donde algún día fueron acérrimos rivales a muerte, hoy se hizo una homogenización de partidos, una mezcolanza que obliga a los partidos olvidar sus estatutos con tal de ganar en el día de la elección. Y derivar en la era de los partidos políticos prostituidos.
Acusados y acusadores hoy comen en el mismo plato, cuando antes eran contrincantes políticos; todo eso ya lo olvidaron sus dirigentes locales y nacionales. Ver a este tipo de política y políticos hacer campaña y hablar en representación del pueblo y de los electores, es no tener vergüenza del pasado.
Muchos electores quizá lo ignoren (los que votarán por primera vez este 6 de junio), pero las alianzas llegaron, y quizá se queden por buen tiempo, pues los partidos actuales ya no tienen credibilidad, fuerza; han estado en el sótano por sus hechos y acciones ya conocidas por muchos, que los llevaron a tal lugar.
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Hoy están las mancuernas políticas en todo su esplendor, incluso Morena lleva el PT (el PT se fundó en los 90’s); con el fin de obtener un triunfo electoral, se hicieron las alianzas de partidos participantes (hasta de más de tres). Se hicieron políticos poderosos, los mareó el poder, con un pueblo que por año no decía nada, ni había libertad de expresión; por eso se enraizaron las mañas y malos manejos públicos para llevar agua a su molino. Por décadas.
Hoy se reúnen los tres partidos que han hecho mucho daño a la economía del país, y van con hambre y sed de poderío; también hay partidos en dupla.
Partidos prostituidos… eso es lo que tenemos para elegir y gobernar (solo los que van en alianza). Esperemos que pase este embarazoso proceso electoral, que ya tenemos algo de hartazgo de tanto anuncio de candidatos. La emancipación en partidos políticos debe regresar, para ser uno nada más y no como hoy, este 2021: una mezcla de partidos.
Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez.
Tijuana, B.C.
