“Cuando estaban en Belén, le llegó el día que debía tener a su hijo y dio a luz a su primogénito, lo envolvió en pañales y le acostó en una pesebrera porque no había lugar para ellos en la sala común”. (Lucas, 2:6).
Al día siguiente, una vecina visitó el pesebre llevando pañales y agua para purificación de María y su hijo. Esta vecina también había parido un niño.
“Junto con Jesús llevaban también a dos malhechores para ejecutarlos. Cuando llegaron al lugar llamado La Calavera, lo crucificaron a él y a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda”. (Lucas, 23:32-33)
“Uno de los malhechores crucificados, insultándolo le dijo ‘¿Así que tú eres el Cristo? Sálvate, pues, y también a nosotros’”. (Lucas, 24:39)
“Pero el otro lo reprendió, diciéndole: ‘¿No temes a Dios, tú que estás en el mismo suplicio?
Nosotros lo tenemos merecido y pagamos nuestros crímenes. Pero él no ha hecho nada malo’. Y añadió: ‘Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino’. Y respondió Jesús: ‘En verdad, te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso’”. (Lucas 24:40-43).
Este malhechor era hijo de la vecina que llevó pañales y agua para María y su primogénito Jesús en Belén.
Atentamente,
Rubén R. Hernández Soto.
Ensenada, B.C.