En Baja California hay gran movimiento de los sacrificados. De estirpe trapecistas, los chicharrones se les queman para empezar la campaña de las promesas y presumidas de que como ellos no hay otros. La enorme mayoría deja tirado el changarro, se les hace poco lo que ahora tienen. Desean más. No importa que incumplan sus promesas y aún su juramento emitido el día en que tomaron una responsabilidad. A la alcaldesa ya no le llena serlo, ahora quiere ser gobernadora. ¿Resultados que la avalen? Revise y usted mismo responda.
Los regidores quieren reelección o una diputación. Y los diputados, aunque hayan sido ineptos y serviles con el actual gobernador, pues quieren repetir, o por lo menos aspiran a la sindicatura como Bujanda, que seguramente nos colmaría con su experiencia adquirida en el gobierno de” Kiko”, en eso de manejar el dinero y su rápida multiplicación. Mujeres que no traen un pasado de trabajo, experiencia y solidaridad con las causas sociales, ahora andan que se truenan los dedos y exprimen el cerebro pues se les antoja una alcaldía.
Y como hasta el 4 de abril empezarán formalmente las campañas, no pasemos por alto que en eso de aprovechar todo lo que sea posible, de lo que consideran les fortalecerá, ya andan adelantando que su modelo a seguir -en eso de gobernar- será lo que hace su Presidente. Observemos con atención: el que los tres órdenes de gobierno en nuestro estado son de un mismo partido ¿nos ha beneficiado? ¿Hay equilibrio de poderes? Ante los atropellos del Ejecutivo, ¿podemos acudir a los legisladores?
Sin exagerar en la crítica, solo recordemos que las iniciales expresiones de AMLO fueron descalificar a los Organismos de la Sociedad Civil y eliminar los avances que se lograron unidos a las autoridades de distintos partidos. Luego llega el actual gobernador y hace lo mismo: ignorar el trabajo de la sociedad civil organizada. En su turno, el alcalde, que ya abandonó su responsabilidad al frente del XXIII Ayuntamiento de Tijuana, hizo lo que ningún otro: apoyar que se les arrebatara a los OSC un millón cuatrocientos mil pesos, del exitoso Programas de Apoyos Económicos (PAFOSC).
Y no solo eso, junto con su oficial mayor (actualmente castigada por Sindicatura) desalojó un pequeño cubículo otorgado desde el XIII Ayuntamiento y ratificada por los subsecuentes, hasta la llegada de Morena, al Grupo Apoyo que atendía gratuitamente a víctimas de violación y maltrato doméstico. ¿Les importó quitar ese auxilio a las víctimas? Para nada. Se aprovechó la época de la pandemia para sacar el humilde equipo de trabajo, sin avisar donde está. Y desde agosto, el Grupo Apoyo acudió a la Sindica Procuradora para presentar documentos y una queja. Duerme el sueño de los justos. Y más ahora que anda en campaña política. ¿Qué tal?
Nota 1.- Es importante correr la voz, nadie se debe quedar sin emitir su voto. Analicen y determinen quién merece su apoyo.
Nota 2.- Los diputados federales se gastaron 30 millones de pesos para remodelar el helipuerto del Congreso, que casi ni se usa. Les sobra el dinero… ajeno.
Nota 3.- En este gobierno el Fideicomiso Militar se inició con 5,040 millones de pesos. En el 2020 cerró con 48,779 millones de pesos. Los consentidos.
Luz Elena Picos es directora de Red Social de Tijuana.
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