Mónica Vargas Núñez era, hasta antes de la llegada al poder de Morena a Baja California, un cuadro priista que había trabajado lo mismo como asesora de ediles tricolores en el Cabildo, que en Sindicatura Municipal u Oficialía Mayor. Como parte de esas negociaciones entre los de siempre y los que dicen ser diferentes, pero son lo mismo o peor (dijera Jesús Zambrano en reciente visita), en el gobierno estatal de Jaime Bonilla logró colarse como oficial mayor en Ensenada, tras haber culminado su periodo al frente de Oficialía Mayor con el empresario hotelero Marco Antonio Novelo Osuna. Ahora, con el proceso electoral en marcha y a poco más de un mes del inicio de las campañas, Vargas ha dejado la oficina estatal para irse a la campaña de Marina del Pilar Ávila Olmeda, alcaldesa con licencia de Mexicali y candidata de Morena a la gubernatura. Por cierto, Mónica formó parte del pasado Ayuntamiento, al que el Congreso del Estado ya le rechazó las cuentas públicas 2017 y 2018, justo cuando ella estuvo al frente de la dependencia. Y para más señas, cuando dejó su cargo en 2019, se autorizó un pago de 472 mil pesos por concepto de indemnización. Ahora sí que la que parte y reparte, se queda con la mejor parte.