Durante su presentación virtual en Hay Festival Cartagena, el filósofo español Fernando Savater contó una anécdota relacionada con la imposibilidad de concebir la lectura meramente como entretenimiento o leer nada más porque se está aburrido, aunque su relato fue solo el punto de partida para insistir en que no comprende la vida de las personas que no leen.
Luego de compartir algunos pormenores sobre su nuevo libro “La peor parte. Memorias de amor”, publicado en 2019 por el sello Ariel de Grupo Editorial Planeta, Savater recordó que durante la pandemia por COVID un amigo suyo le pidió una recomendación de un libro porque quería entretenerse en el confinamiento:
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“La mayoría de los textos autobiográficos que escribo, es recordando textos que he leído. Mi vida se jalona con los libros que he ido leyendo, con las experiencias literarias que he tenido a lo largo de la vida, evidentemente esto ocurre a los lectores; ahora, claro, hay mucha gente que no lee de este mismo modo, o sea que para ellos la lectura es a veces un entretenimiento. Hay gente que dice ‘bueno, como estoy aburrido, voy a leer’. El otro día me mandaron un WhatsApp, un amigo, diciendo: ‘Oye, estoy aquí confinado, aburrido, dime un libro, para que compre un libro a ver si me entretengo’; para mí es una cosa completamente inusual. Los libros son algo tan personal, tan necesario, que me parece imposible pedirle a alguien que me recomiende un libro como si fuera una aspirina”.
Entonces reconoció que, durante el enclaustramiento por la consabida plaga, ha tenido más tiempo para leer:
“No entiendo, no comprendo la vida sin los libros. Cuando me dijeron ‘no vas a poder salir de casa, vas a estar encerrado’, inmediatamente pensé: más tiempo para leer; en vez de pensar en lo que iba a perder, digo, ahora voy a ganar mucho más tiempo para leer, pero claro, eso nos ocurre a algunos”.
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Para concluir, Savater lamentó:
“Lo que no sé, es cómo viven las personas que no leen o que leen poco, verdaderamente me cuesta imaginar la vida de alguien que no lee. No me explico, no comprendo la vida del no lector”.
