Iris Manríquez busca a los desaparecidos
El Colectivo Búsquedas por La Paz nació después de una mala noticia para Iris Manríquez. Su hermana, Elvira Yolanda, fue privada de la libertad en julio de 2017. Entonces inició el calvario de ella y su familia.
Desde ese momento salieron a las calles a buscar a su hermana, y calmar de alguna manera el dolor de la familia. Fue así como transformaron la tragedia en una esperanza para cientos de familias que están atravesando el dolor de la desaparición forzada.
“Desgraciadamente tuvimos la desaparición forzada de mi hermana Elvira Yolanda Manríquez Pérez en julio de 2017, ahí iniciamos arduamente con la búsqueda de mi hermana al no tener respuesta a las autoridades, y una vez que fui a la oficina, el comandante en ese entonces me dijo que ellos no hacían búsqueda en campo, que ellos nada más hacían investigación, y eso quedó muy grabado en mi mente: que ellos no iban a salir a buscar a mi hermana como nosotros”, recordó Iris, fundadora del Colectivo Búsquedas por La Paz.
Manríquez compartió con ZETA que no esperaban gran respuesta de la ciudadanía, sobre todo, porque no tenía idea de que en Baja California Sur había cintos de familias dolidas por la desaparición de algún ser querido. Por ello lanzó una convocatoria de búsquedas, y ese domingo le acompañaron en la búsqueda de desaparecidos, a partir de ese momento nació el Colectivo.
“Nosotros iniciamos las búsquedas, en ese entonces nos habíamos unido a un colectivo que está aquí en La Paz, Sin Ellos No, con la señora Miyeyes. Como tenemos una familia muy grande y salíamos a buscarla a campo, empezamos los familiares a buscar a nuestra hermana en campo, yo subí un video que se hizo viral en ese entonces, hace tres años, invitando a más familias que se unieran el próximo domingo, que teníamos búsqueda, y pues fue mucha mi sorpresa que fueron más de 70, 80 familias a buscar a su ser querido. Fue así como iniciamos en nuestras búsquedas, y así sucesivamente nos han estado invitando a Constitución, Los Cabos y La Paz, y hemos ido formando otros colectivos”, celebró Iris Manríquez.
Lo cierto es que las autoridades solo realizan investigaciones, no hay quien busque a sus familiares, ellos lo único que buscan es encontrar a sus desaparecidos y calmar de alguna manera el dolor que está partiendo a las familias.
Su dicho es “No buscamos responsables, buscamos a nuestra familia”, de esa manera piden les den pistas de dónde encontrarlos.
“Hacemos búsqueda en campo, nos vamos a buscar fosas, es uno los trabajos que hacemos, que es el más fuerte que tenemos. Cada fin de semana salimos a buscar, a caminar ya sea en cerros, arroyos, llamadas anónimas que nos den puntos, datos; y así realizar fichas que nos lleguen de personas que estén desaparecidas, ya sea vivas o muertas desgraciadamente, o fosas que nos dan y ayudar a los familiares. A veces no saben cómo actuar en el momento de la desaparición de las familias, lo que hacemos es llevarlos al Ministerio Público a tomar su declaración, asimismo su ADN”, comentó Manríquez.
El movimiento de las Búsquedas por La Paz se ha extendido, ya hay colectivos en Cabo San Lucas y San José del Cabo, así como en Ciudad Constitución en Comondú.
“En el colectivo andamos alrededor de 90 a 100 personas, contando los cuatro colectivos, que estamos saliendo dos veces por semana, el registro que tenemos, que está actualizado, es de 350 personas en este colectivo, todavía faltan Los Cabos, San José, pero hay de más de mil 300 personas desaparecidas en La Paz, Baja California Sur, y en los últimos tres meses, 63 personas desaparecidas”, confirmó la fundadora de Búsquedas por La Paz.
Las cifras son alarmantes, y conforme pasan los días hay más desaparecidos, por ello siguen saliendo a la búsqueda en campo dos veces por semana y con la esperanza siempre de frente.
Los recorridos se efectúan con recursos propios, en ocasiones los acompañan autoridades, pero la mayoría de las veces, las mismas familias de desaparecidos costean los gastos.
“Entre nosotros mismos nos cooperamos, ahora más, que nos retiramos de la Comisión Estatal de Búsqueda, siempre hemos actuado con nuestros recursos y con la donación que nos hace la gente de palas, picos. En La Paz andamos 50 personas activas en las búsquedas, pero hay personas que, aparte de las búsquedas, son adultos mayores, son personas enfermas, y ahorita con el coronavirus no les permitimos acompañarnos, pero nos ayudan con trabajo en casa: en hacer fichas, mandar escritos y cosas así. Andamos entre 70, 80 personas en total”, contabilizó la representante de Búsquedas por La Paz.
Cada día, tanto Iris como los miembros del grupo se levantan para hacer una búsqueda, caminan con la frente en alto, con la esperanza de encontrarlos. Cada día es una esperanza de poder descansar ese dolor interno, de poder decir ‘aquí está mi hermana gracias a Dios’, pero también el paso de los días carcome por dentro. Hay mucha gente no sabe, que piensa que no está pasando esto aquí, desgraciadamente sí está pasando aquí en Baja California Sur, las desapariciones forzadas siguen pasando, y esto es alzar la voz, que realmente se sepa lo que nos está pasando a las familias de Baja California Sur”, concluyó Iris Manríquez, cuya labor la convierte, para ZETA, en Personaje Destacado 2020. ANTONIO CERVANTES
Alianza Comunitaria BCS al rescate
Sin duda la pandemia de coronavirus dejó a alrededor de 100 mil familias sin oportunidad de obtener recursos económicos, congelando todo movimiento y actividad. Algunos perdieron su empleo y no había mucho apoyo gubernamental.
Fue así que nació una iniciativa ciudadana y empresarial: Alianza Comunitaria de Baja California Sur, conformada por más de 200 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y empresas que combinaron esfuerzos para lograr que todos tengan suficiente alimento durante la crisis, y el personal médico, recursos adecuados para tratar a sus pacientes
“Cuatrocientas personas salen todos los días a campo a realizar las entregas de despensas, entre voluntarios de la Alianza y miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad Pública del Estado, a todos les reiteramos nuestro profundo agradecimiento y los invitamos a que nos sigan apoyando, porque aún no llegamos a la meta”, expuso Marisa Comella, miembro de la Alianza Comunitaria de Baja California Sur.
El esfuerzo tiene mucho que ver con la iniciativa de la sociedad civil organizada, pero también, es parte de quienes han donado recursos, donativos en especie y sobre todo su trabajo para apoyar a las familias desesperadas.
“Agradecemos a todos los que han tenido confianza con esta alianza y han donado su esfuerzo, su trabajo diario, lo que han podido o aportado para la compra de las despensas, de los insumos. Estamos muy fortalecidos y logrando realmente sobrepasar y sobrellevar la contingencia de la mejor manera al formar esta Alianza Comunitaria, se siguen integrando miembros de todo el Estado, gente de fuera que está aportando desde donde están. Todos los acercamientos han sido desde la necesidad de ayudar y de no estar con las manos cruzadas, de generosamente dar lo que cada quien tenga”, afirmó Lucía Frausto, miembro de la organización.
Al cierre de 2020, la Alianza Comunitaria de Baja California Sur logró recaudar 109 millones 519 mil 227 pesos de los 168 millones necesarios para mitigar un poco la demanda de la población. Se han entregado más de 288 mil despensas, además de la adquisición de insumos y equipamiento médico por casi 15 millones de pesos para hacer frente a la pandemia.
“El compromiso de todos los participantes es por bien común, dentro de esta Alianza es cubrir 96 mil familias que tenemos detectadas con necesidad de alimento durante esta pandemia, teníamos detectado 40 mil, era nuestro número de familias a quienes poder llegar, pero son 96 mil familias las que ya tenemos registradas e identificadas a lo largo del Estado. Es importantísima esta suma coordinada con los gobiernos y con todos y cada uno de ustedes para poder llegar a todos ellos”, expresó Lucía Frausto.
Cada despensa cuenta con 16 productos y un kit de limpieza, se hizo un esfuerzo para entregar alimentos de primera necesidad, que sean de calidad y una cantidad importante, la intención es que la despensa pueda apoyar durante 15 días a una familia de cuatro.
Para garantizar la entrega a los ciudadanos, la Alianza Comunitaria dispuso de trabajo en campo en georreferenciación de cada despensa, de esta manera saben a quién ya entregaron y cuándo deben pasar a entregar otra más.
“Conservamos dentro de estos acuerdos en el Estado y Municipio, un estándar de contenido de despensas, de manera que la despensa que se entrega pueda dar alimento por quince días a una familia de cuatro integrantes y no tener que regresar antes, saber con nuestro sistema de georreferenciación, con nuestro sistema de entrega, que dentro de quince días tenemos que estar regresando con esa familia. Los artículos que traen la despensa varían según la disponibilidad, incluyen 16 productos y un kit de limpieza”, detalló la representante de la Alianza.
Para ellos, no solo es juntar a un grupo de personas y mandarlas a entregar despensas, sino capacitar a toda aquella persona que quiera integrarse, para que al momento de las entregas puedan combatir el coronavirus. Pero lo más importante, no ser generadores de más contagios, es un trabajo de riesgo en el cual apoyan la sociedad civil, empresarios, ciudadanos, Fuerzas Armadas e instituciones de seguridad.
“Estamos en el acuerdo de capacitar con un protocolo de bioseguridad a todas las personas que están en calle ayudándonos, también de los ayuntamientos, de las Fuerzas Armadas, también del Gobierno el Estado. De esta manera cuidamos no contagiar, y cuidamos a las personas que les estamos entregando, cumpliendo todos los protocolos de sana distancia, casa por casa evitamos que la gente salga de su casa, la entrega se hace georreferenciada”, indicó Lucía Frausto.
La Alianza Comunitaria de Baja California Sur no ha perdido los ánimos, se mantienen activos en la búsqueda de apoyos y nuevas herramientas para hacer llegar la ayuda tan necesaria en las calles de todo el Estado. Por ello, para ZETA es Personajes Destacado 2020. ANTONIO CERVANTES
Marina Contreras, la rescatista
Su lucha no termina, pero Marina Conteras ha marcado un antes y un después en la sociedad sudcaliforniana, concientizando sobre la problemática de los animales en la calle.
La presencia de mascotas como perros y gatos en calles de La Paz es uno de los escenarios que más se difunde a través de redes sociales. A pesar de ello, no todas las personas están dispuestas a ofrecer su tiempo para erradicar este atraso en materia de salud.
En ese contexto entra Marina, quien ha dedicado los últimos años al rescate de perros y gatos. Su trabajo ha permeado en la sociedad sudcaliforniana, ya que, a través de su activismo, ha logrado salvar a cientos de animales de compañía en situación crítica.
Comunidad Patitas es el nombre del santuario que Marina inició en La Paz, aunque hace años, en un inicio, no era la intención crear un refugio.
Empezó en casa, dando alimento y espacio a perros, después les buscaba un hogar; sin embargo, la problemática en las calles es tan grande, que rápidamente notó que con eso no bastaría.
“En un principio no era un plan crear un albergue, mi intención era ayudar, pero una cosa fue llevando a otra. Era un refugio temporal, para buscar espacio para animales en otros lugares y ayudar con alimento. En el proceso te vas dando cuenta que el problema en la calle es mucho más grande de lo que se puede hacer en casa. Con estos cambios, se hizo el Facebook Comunidad Patitas. El proyecto inició hace ocho años”, comentó.
Este 2020, Comunidad Patitas cumplió cinco años. Marina es una de las pioneras en cuanto al trabajo voluntario de rescate de animales. Sus ganas de realizar un cambio en la sociedad, la llevaron a iniciar este espacio adecuado para perros, gatos y la estrella de la asociación: un cerdo llamado Thor.
“Es a partir del centro que podemos ayudar a muchos más animales, en un albergue tienes capacidad de mantener a varios. Necesitamos trabajar también en la educación, la sensibilización de la sociedad”, recalcó.
“Trabajar con grupos escolares, para generar el cambio en unos años. Debemos fortalecer la parte educativa, la cantidad de perros en la calle es abrumadora. Según la CEMAC (Centro Municipal de Atención Canina) en La Paz hay más de 50 mil animales”, precisó.
Uno de los retos a los que se ha enfrentado Marina, es la indiferencia y la inactividad institucional. Cuando comenzó a rescatar animales de las calles, notó que no había campañas de educación efectivas ni se ofrecían servicios de dieran opciones además de sacrificar o llevar un perro o gato al hogar.
Actualmente Contreras dirige el santuario de Comunidad Patitas, donde la capacidad de carga está definida por el personal y el espacio. Regularmente tienen entre 50 y 60 animales a la vez. Todo el trabajo para mantener el albergue se sostiene gracias a la colaboración de voluntarios, donaciones y actividades. Y sin recibir apoyo gubernamental.
Marina tiene en mente un nuevo proyecto: la creación de un consultorio veterinario con servicio a bajo costo.
“Pienso que una persona que quiere cambiar algo o inquietud por ver algo distintito, verá un resultado si toma cartas en el asunto, a veces ayudar es sumar con personas con el mismo interés. Todos tenemos algo que molesta en el rubro que sea, pero si la participación solo queda conectada en el cerebro y la boca, nunca vas a ver el cambio en la comunidad. Quizás no se va a ver a la primera o rápido, eventualmente se van jalando personas que buscan hacer las cosas mejor”, compartió.
Por su trabajo en pro de los animales, a los cuales rescata para mejorar su calidad de vida a través de Comunidad Patitas, Marina Contreras es, para ZETA, Personaje Destacado 2020. GILBERTO SANTISTEBAN FLORES
Cristina Ortuño, la defensora
Aunque los avances por parte de autoridades son escasos, Cristina Ortuño no quita el dedo del renglón y sigue luchando por ganar espacios para difundir el derecho a la movilidad, uno de los temas más olvidados por los tres órdenes de gobierno en Baja California Sur.
Cuando nadie toma medidas o cartas en el asunto para garantizar el acceso a este derecho humano, Cristina sale en defensa de todos. En 2014, tras retomar el uso de la bicicleta como medio de transporte, notó que era muy peligroso trasladarse en la ciudad. A partir de entonces buscó a otras asociaciones y ciclistas para no bajarse del vehículo de dos ruedas y defender su derecho -y el de todos- a la seguridad vial.
“En 2015 me dio por hacer mi propia organización, mi propio colectivo. Un año después de que ya estaba trabajando con Bcsicletos, también es un tema pendiente: no había o no lo he conocido gente u organizaciones que se ocupen de ese tema”, dijo.
Así nació Pies, Cabeza y Corazón, una asociación dirigida por Ortuño y uno de los pocos estandartes que cuestiona, increpa y demanda mejores condiciones de movilidad a las autoridades.
“Subirte a la bicicleta te permite tener una perspectiva diferente de la ciudad en la que has vivido toda tu vida: aflora lo feo, lo riesgoso y lo bello que es andar en bici, y lo horrendo que es te pase un vehículo cerca”, expresó.
“Este cotorreo trae tantas aristas: por principio de cuentas conocer la Ley, y que a nivel constitucional se hayan aprobado para que la movilidad sea reconocida con un derecho humano, con todo lo que eso conlleva”, mencionó.
El objetivo es que la sociedad sepa que la gente de a pie no está pidiendo un favor ni un trato especial, sino el respeto a los derechos. Todos los poderes tienen responsabilidad en el tema, sin embargo, según Ortuño, falta que las autoridades le vean “cara de votos” para tomar acciones al respecto.
No existe ningún tipo de regulación en actividades de automovilistas, ni el exceso de velocidad, ni los procesos para entregar licencias de conducir. Ese es uno de los pendientes que tiene a esta activista todavía en la lucha: “Les tienen miedo a los automovilistas, por un miedo larguísimo a los automovilistas, no se piensa en los peatones, en ciclistas, en banquetas, que es lo que la mayor parte de la gente necesita. Siempre pierden los más vulnerables.
“Una de las cosas que yo quisiera llegar a ver, a autoridades municipales que de verdad actuaran. Que no sólo estén parados en las esquinas, que regulen velocidad, ya que es lo que mata gente; y la invasión de banquetas”, agregó.
A la larga lista de pendientes en movilidad, Cristina añade las condiciones de las calles, que no permiten un tránsito seguro e incluyente a personas con discapacidad, de la tercera edad, niños y niñas. No se necesita un presupuesto extraordinario, sino aplicar el existente y poner a laborar a los servidores públicos de cada nivel de gobierno.
Aunque las desventuras con las autoridades del Municipio, Gobierno del Estado y Federal han puesto frenos, Cristina Ortuño continúa su lucha siendo una voz constante en pro de la movilidad. Las obras y acciones que caen en la simulación ofenden la inteligencia y las califica como una falta de sensibilidad y empatía.
¿Qué es lo que rescata tras años de activismo? El trabajo con las personas que necesitan ayuda y el ganar espacios para difundir los derechos de movilidad. Dentro de Pies Cabeza y Corazón colaboran en reparación y enseñanzas sobe el uso de sillas de ruedas.
“El hecho de participar es una bola de nieve, no es que la Cristina Ortuño ande en todo, la verdad es que no hay gente que quiera participar. Me ofende que me lleven, inviten o a hacer bulto para salir en la foto. Si voy a una ponencia, conferencia y foro, es para participar”, finalizó.
Por su entrega en la defensa del derecho a la movilidad y la seguridad de peatones y ciclistas a través de su organización Pies, Cabeza y Corazón, Cristina Ortuño es, para ZETA, un Personaje Destacado 2020. Gilberto Santisteban Flores
Ezequiel Lizalde, el periodista
Uno de los pilares y voces críticas del periodismo sudcaliforniano dejó este mundo por las secuelas físicas después de padecer COVID-19.
Ante su deceso, la sociedad se unió para honrar su memoria y exigir justicia debido a las condiciones laborales que enfrentó en sus últimos días de vida, cuando, aun enfermo, fue obligado a trabajar.
El nuevo coronavirus se ha llevado a más de 770 personas en Baja California Sur. México ha sufrido la baja de personal médico indispensable para enfrentar la pandemia, así como comunicadores importantes para el ejercicio de la libertad de expresión y el combate a la impunidad y la corrupción.
El 24 de noviembre de 2020, la entidad se vistió de luto luego que Ezequiel Lizalde se convirtiera en el periodista número 38 en morir a causa del nuevo coronavirus en México.
No se trata solo de una historia de negligencia y contexto en los que muere una persona por SARS-CoV-2. Con el deceso de Lizalde, Baja California Sur perdió una de las plumas más importantes del periodismo crítico que es un contrapeso para los gobiernos.
Desde que se presentaron intenciones de cambios de uso de suelo para la entrada de minería a cielo abierto en la Sierra de la Laguna, Ezequiel fue uno de los frentes principales de difusión, crítica y evidencia en este proceso que unió a la sociedad sudcaliforniana en movimientos masivos más de una vez.
Tras salir del hospital, plasmó su deseo: recuperar su salud para regresar a su amada Sierra de la Laguna.
En junio de 2019, la Asociación de Reporteros Sudcalifornianos le otorgó el Premio Estatal de Periodismo en la categoría Video Reportaje.
“La lucha por la libertad de expresión comienza por respetar la libertad de los demás a decir lo que sienten, aunque no estemos de acuerdo con sus razonamientos”, principio que defendió en vida.
La historia de su muerte trascendió las fronteras de Baja California Sur. En sus últimos días, Ezequiel denunció que había sido presionado para trabajar con secuelas de COVID-19. Luego de haber pasado el tiempo de recuperación, las secuelas mermaron su calidad de vida. Aunque solicitó a su empresa realizar trabajo en casa, no hubo una respuesta positiva.
En ese contexto su salud fue deteriorándose, lo que orilló a la Red Baja California Sur de Periodistas a alzar la voz por el comunicador.
Entre recortes de salario, periodos de incapacidad, se enfrentó a una situación económica precaria. Tras pedir apoyo, los ciudadanos respondieron rápidamente a su llamado como una retribución al servicio que siempre prestó a la sociedad.
“Ser reportero es una chinga, pero alguien tiene que hacerlo”, expresaba Ezequiel cuando le preguntaban por el trabajo diario.
Antes de su recaída final, Lizalde continuaba difundiendo información en beneficio de los sudcalifornianos a través de su cuenta personal de Facebook. En redes compartió detalles de su proceso de recuperación.
A pesar del apoyo y la esperanza de que venciera la COVID-19, el 24 de noviembre dejó este mundo. Con ello, las redes se llenaron de mensajes para honrar su memoria.
Periodistas, activistas y colectivos organizaron un gallo vehicular en el Malecón de La Paz para darle un último adiós en su lugar y momento favorito, justo cuando el sol se ocultaba.
El 24 de noviembre el periodismo perdió un brazo insustituible, porque los periodistas que dan voz a las causas y luchas de la sociedad y de las víctimas, no nacen todos los días.
Por su pasión y entrega en el ejercicio del periodismo libre, por su compromiso con la sociedad a la que ayudó desde la comunicación, Ezequiel Elizalde es para ZETA, un Personaje Destacado 2020. Un reconocimiento póstumo a su vida de periodista. GILBERTO SANTISTEBAN FLORES