Vaya sorpresa encontrar esta joya de Florian Henckel von Donnersmarck en el catálogo de HBO, que recrea la vida y obra de un joven artista determinado por el nazismo, acaso inconscientemente.
De niño, Kurt Barnert recibió las mejores lecciones de su joven tía, quien lo llevaba a las exposiciones de arte vetado por el Tercer Reich. Ante la polémica que entonces observaba con esa mirada infantil, la mujer le pedía que nunca viera hacia otro lado. Ojos que ven, pues, corazón que siente.
De ahí parte esta historia marcada por la tragedia de la Segunda Guerra Mundial y la consecuente fractura de Alemania que el director estupendamente retrató en “La vida de los otros”.
En cierta medida, esta película aborda el mismo conflicto, pero reflejado en la obra de un autor que termina por consolidarse con imágenes que traza a partir de un origen que cree desconocido. Sin embargo, el andar de Kurt está marcado por la vileza del Profesor Carl Seehand (Sebastian Koch), médico obstetra del régimen nazi que marca la vida de la familia Barnert de la manera más injusta, con el sacrificio de la tía de Kurt.
Pasan los años y la verdad oculta se pierde con el traslado de la Alemania del Este a la Alemania de Occidente. Sin embargo, el destino no se puede esquivar y es justo lo que traza los giros de esta cinta con una sólida narrativa, las mejores actuaciones posibles y un desenlace que solo reitera lo que siempre se ha sabido: el arte es capaz de transformar la mirada, hacer que la realidad sea vista con otros ojos. Vaya logro de esta obra maestra de Florian Henckel. Simplemente imprescindible. ****
Punto final. – El Óscar 2020, además de un reto, se ha anticipado como todo un misterio.
