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viernes, febrero 16, 2024
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La “nueva normalidad” de ir al cine

Reabren Cinépolis y Cinemex salas de proyección en Baja California, entre constantes brotes de COVID-19 bajo estrictas medidas sanitarias, filtros, barreras de acrílico, foros reducidos y rigurosos protocolos de desinfección, ofertando insólita y limitada experiencia de entretenimiento

Luego de permanecer cuatro meses en inactividad y con pérdidas económicas superiores a 6 mil 500 millones de pesos en taquilla, el cierre definitivo de doce complejos y 500 despidos laborales a causa de la pandemia por COVID-19, las cadenas de proyección Cinépolis y Cinemex reaperturaron sus salas en Baja California (Tijuana, Ensenada, Rosarito y Tecate; las salas de Mexicali, Los Cabos y La Paz continúan cerradas), Aguascalientes, Quintana Roo, Morelos, Sinaloa, Hidalgo, Durango, Oaxaca, Michoacán, Chiapas y Zacatecas bajo rigurosas medidas sanitarias y estrictos protocolos de desinfección.


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Con base en un estudio de 500 epidemiólogos y profesionales de la salud, Tábata Vilar Villar, titular de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), afirmó a ZETA que el cine es una actividad de riesgo moderado, sin considerar que las medidas de mitigación de riesgos son mayores que en otros espacios de convivencia social, por lo que se redujo el aforo al 30%, se mantiene la sana distancia, se solicita el uso de cubre bocas, se realiza desinfección constante y limpia en repetidas ocasiones de los filtros y evaporadores de aires acondicionados; además de manejar horarios escalonados de proyección.

En tres visitas que este Semanario efectuó a diversos complejos cinematográficos, se constató la “nueva normalidad” de ir al cine. Desde la llegada, los exhibidores de cartelera fueron reemplazados por posters informativos sobre nuevos protocolos a seguir dentro del complejo (como uso obligatorio de cubre bocas) y un filtro con tapete sanitizante, dispensador de gel antibacterial y termómetro digital para medir la temperatura corporal de los cinéfilos en manos de un colaborador que utiliza su uniforme solo dentro del cine, cubierto con guantes, cubre bocas y careta facial.


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Traspasando el filtro, una serie de rótulos en mamparas reiteran las nuevas normas de salud, y en taquilla, la distancia social es delimitada con señalamientos. La atención se efectúa a través de una ventana acrílica que evita el contacto entre clientes y empleados, quienes en todo momento portan cubre bocas y careta, al mismo tiempo que la adquisición de entradas es sugerida a través de canales digitales o tarjetas bancarias para evitar el uso de efectivo y el manejo de boletajes, los cuales en dado caso son otorgados con previo recorte.

Dispensadores de gel son una constante en los complejos, incluso en dulcería, donde marcas en el piso vuelven a distanciar a los visitantes para evitar aglomeraciones. Los mostradores son desinfectados después de cada cliente, los cuales son despachados por dos colaboradores: uno maneja el dinero y el otro únicamente entrega el producto como palomitas, chocolates y refrescos, previamente desinfectados.

Cabe mencionar que el área de complementos se sustituyó por pequeños recipientes de plástico. En el caso de las salas VIP, se eliminó el menú, revistas y carros de servicio, solo proporcionan Código QR para descargar el menú digital, el equipo provee gel sanitizante después del cobro y antes del consumo, y entregan el producto portando guantes desechables.

Dentro de la sala se replica la nueva normalidad por medio de un vídeo en pantalla de proyección e impresos que incluso indican los procedimientos para fila por fila evacuar al finalizar la función. Por otro lado, dos asientos y una fila completa separan a cada espectador para garantizar 1.5 metros de distancia, pero en caso de ir acompañado, se permite ocupar dos sillones juntos. En las salas VIP, un sillón duplex entre cada par es inhabilitado, manteniendo así la sana distancia. En ambos lugares la puerta principal queda abierta para permitir el flujo constante de aire.

En cuanto a los baños, estos son higienizados de forma continua, al igual que los lavamanos y mingitorios, permitiendo el uso alterno (uno si, uno no).

Aunque de manera limitada, Cinépolis y Cinemex buscan ofrecer la experiencia del séptimo arte en espacios libres de contagio, sanitizando y desinfectando las salas, butacas y áreas físicas después de cada función. Se observó la asistencia de familias completas, parejas, y en grupos. Lo malo: Las Salas VIP, aunque por su naturaleza existe distancia social, su aforo es de 50%.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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