A los ojos del equipo de la Cuarta Transformación en Ciudad de México, Alejandro Ruiz Uribe ha pasado de ser el “súper delegado federal” en Baja California, a ser el delegado estatal. Mucho les llama la atención que el hijo del profesor Jesús Ruiz Barraza defienda más los intereses del Gobierno del Estado y de Jaime Bonilla, que los de Andrés Manuel López Obrador y el Gobierno Federal al que se supone representa. No solo le vieron el entreguismo y la tibieza cuando Bonilla tomó por decreto la caseta de peaje de Playas de Tijuana que administra Caminos y Puentes Federales de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, pues nada hizo por negociar a nombre del Gobierno de México con el mandatario estatal, la propiedad que él representa, sino que ahora propuso ante industriales la posibilidad, dadas las condiciones –dijo-, que Baja California logre la independencia en energía eléctrica, gas y agua. De hecho en una conferencia vía remota, les planteó que tal independencia “puede ser la solución efectiva para detonar el crecimiento y el desarrollo económico de Baja California”, al reunir “las condiciones climáticas propicias para generar energías alternativas”, contradiciendo así el discurso federal; especialmente el AMLO y el del director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, quienes no solo se oponen a las energías alternativas, sino que lograron frenarlas a través del Centro Nacional de Control de Energía al suspender las conexiones a la red para nuevos parques eólicos y solares, lo cual ha generado una serie de amparos, algunos de estos en BC. Pero en su afán de ganar adeptos para su candidatura a gobernador por Morena, el delegado estatal -perdón, federal- empieza a prometer acciones que van contra la política del Gobierno de México al que se supone, todavía representa.
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