El miércoles 22 de julio, el Presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un proyecto para reformar el sistema de pensiones que -dijo- aumentará 40% la pensión del trabajador, en aras de que “tenga un retiro digno”.
Pese a que la propuesta recibió el aval del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y especialistas señalan “va en la dirección correcta”, es insuficiente para desactivar “la bomba” que significan las pensiones, ya que la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) había estimado que, a partir de 2022, las primeras personas inscritas en las Administradora de Fondos para el Retiro (Afore) comenzarían a jubilarse con una pensión muy baja.
Incluso sería tan baja que el gobierno tendrá que otorgar recursos para proporcionar la pensión mínima garantizada prevista en la Ley del Seguro Social, que es de 1.5 veces el salario mínimo, según los especialistas de organizaciones como Asociación Mexicana de Actuarios Consultores.
El presidente del Colegio de Economistas de Baja California, Ismael Plascencia López, refirió un estudio hecho en Chile (primer país que implantó el sistema de Afore en Latinoamérica), el cual indica que para que un trabajador mantenga su nivel de vida, debe ahorrar casi 15% de su ingreso total.
En México, las Afore administran los fondos de los trabajadores, recursos compuestos por las aportaciones del trabajador, el patrón (empresa) y el gobierno.
La propuesta de López Obrador plantea que solo la aportación del patrón pase de 5.15 a 13.87% en ocho años, mientras que se mantendrían igual las aportaciones de los trabajadores. Es decir, se impondría una carga económica al empresario.
“Hay que ver cómo lo toman los empresarios, porque es un costo para ellos y una forma de reconocer que es insuficiente lo que los empresarios están pagándole a los trabajadores. Sabemos que el salario mínimo en México es de los más bajos en América Latina”, lo cual, acorde con Plascencia López, se ha reflejado en el sistema de pensiones.
Ante esta reforma existe el riesgo de que se inhiba la creación de empleo, o incluso un empresario considere sustituir capital por mano de obra reduciendo su plantilla laboral, gracias a la automatización de procesos (software o robots), cuyo uso es cada vez más común. No obstante, consideró justo que se incrementen las aportaciones para que las pensiones mejoren.
Al detallar la propuesta de reforma, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, aclaró que no se modificará la edad de retiro, la cual seguirá siendo de 60 años. Expuso que la reforma permitirá que las semanas de cotización se reduzcan de mil 250 a 750.
Para el economista Roberto Valero, el cambio más significativo radica justamente en reducir los años de cotización de 25 a 15, lo cual permitirá que más personas tengan una pensión. Sin embargo, “hay que ver las letras chiquitas”, porque si la reforma planteara que el incremento fuera sobre Unidades de Medida y Actualización (UMA), el aumento a las pensiones no sería significativo, toda vez que las UMA valen 86.88 pesos, cifra menor al salario mínimo.
Asimismo, consideró “preocupante” que el secretario de Hacienda previera un aumento del 30% de los trabajadores que perciben hasta cinco salarios mínimos, “porque entonces estamos viendo un gobierno que no está interesado en combatir la precarización laboral y la pobreza salarial”.
En ese sentido, juzgó importante que la administración federal trabaje para que los mexicanos ganen más, porque la pensión compite contra la inflación, la cual en términos generales se ha mantenido, pero en el rubro de alimentos y medicinas ha crecido más.
Aunado a ello, México ya está inserto en el cambio demográfico para ser un país de viejos y los costos de salud en ese sector de la población son cinco veces más caros que para un niño.
Valero coincidió con Plascencia en que la reforma hará que un trabajador le cueste más a una empresa: “Un trabajador que gana un salario mínimo, le cuesta dos a una empresa, porque esta paga el salario, al Seguro Social, a la Afore, al Infonavit, prestaciones sociales como bonos y el Impuesto Sobre Nómina”.
Por ello es necesario que el gobierno contribuya con incentivos fiscales a las empresas para que estas puedan cumplir con sus obligaciones sin prescindir de los trabajadores.
“Los problemas de hoy encuentran su origen en los problemas del ayer, porque están arreglando esto, pero no están viendo más adelante que esto no va a ser suficiente, que el problema siguen siendo los niveles salariales bajos”, finalizó el especialista.