Sin licencia, una suspensión de obra y dos citatorios fue como la empresa Corporativo MRC trabajó por dos semanas en la construcción de un hotel sobre el Bulevar 2000, que provocó daños en cuatro viviendas del fraccionamiento Villa del Sol, en Tijuana.
De acuerdo con Rodolfo Argote Gutiérrez, titular de la Dirección de Administración Urbana (DAU), el 21 de abril se citó a la empresa en la delegación de La Presa, pero no se presentaron. El pasado 24 se tenían que presentar en la DAU mientras hacían efectiva la suspensión de la obra; tampoco respondieron y no detuvieron los trabajos hasta el 28, cuando ocurrieron los colapsos en las viviendas.
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“Se adelantaron con la construcción, no se esperaron a tener las licencias hechas ni el permiso para modificar el uso de suelo. Esta área está asignada para que sea de uso residencial y deben someterse a un proceso para poder construir un inmueble de otro giro”, explicó Argote.
El martes 28, alrededor de las seis de la tarde, cuatro domicilios de la calle Islas Marquesas sufrieron el colapso de parte de su estructura, la mayoría en las habitaciones posteriores, debido al debilitamiento de una barda perimetral afectada por los movimientos de tierra de la construcción del hotel.
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El director de Protección Civil Municipal, José Luis Rosas Blanco, confirmó que solo cuatro viviendas fueron etiquetadas con engomado rojo y que otras seis se encuentran bajo observación, por estar cercanas a la zona del derrumbe, sin necesidad de etiquetarlas.
A los habitantes de las casas dañadas se les solicitó una evacuación voluntaria, debido a que los inmuebles ya no se consideran seguros. Los mismos afectados afirmaron que, a pesar que se detuvo la construcción, todavía se sienten movimientos en el piso y creen que el terreno se debilitó por el paso de vehículos pesados por el corredor.
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La señora Espinoza, una de las afectadas, compartió con Semanario ZETA que los movimientos en la construcción datan de dos semanas atrás, y que poco a poco las grietas aparecieron en la parte posterior de su vivienda. La tarde del martes se alarmó al escuchar unos “tronidos”.
“Después del trabajo me metí a mi cuarto, fue cuando escuché que tronaba la pared. Le dije a mi esposo y me dijo que fuéramos a tomar fotos, porque ya nos habíamos dado cuenta que tenían varios días moviendo la tierra y escarbando pegado a la barda”, relató la señora.
Al tomar las fotografías notaron que parte de la barda perimetral se encontraba “volando”, por lo que procedieron a regresar a su domicilio para hacer un reporte; pero antes de llegar, la barda colapsó, y parte de su residencia también.
