Luis Ortega es un joven director argentino que hay que tener en la mira, sobre todo después de esta cinta en la cual recrea la historia de Carlos Robledo Puch, el reo que más años ha permanecido en prisión en su país tras haber cometido once homicidios, 17 robos, dos secuestros y dos intentos de violación sexual antes de cumplir 20 años de edad.
El criminal inició su carrera delictiva siendo un adolescente de clase media, hijo único, sin condiciones socioeconómicas que podrían explicar su conducta. Tras su arresto, la prensa lo apodó “El Ángel de la Muerte” y “El Ángel Negro”, debido a sus facciones aniñadas y su cabellera rubia y rizada.
Vaya personaje que le tocó interpretar a Lorenzo Ferro, y qué manera de sacar adelante el reto en la gran pantalla. Con el timón de un realizador, sin duda, muy osado, la trayectoria de este psicópata se desarrolla sin dar momento para la distracción. El personaje, por su naturaleza misma, es impredecible hasta para la banda que integra con otro chico que acaba de conocer en su nueva escuela: Ramón, brillantemente interpretado por Chino Darín.
Ramón viene de una familia completamente opuesta a la de Carlitos -como le gusta que lo llamen-. Su padre (Daniel Fanego), un heroinómano que dirige al hijo por el camino de la delincuencia para él así evadir la cárcel, reconoce al instante el “talento” de Puch y entonces visualiza un futuro prometedor con ambos operadores púberes.
El problema es que Carlos piensa solo y nadie puede anticipar sus pasos. De ahí el suspenso que acompaña a este personaje seductor por todas las razones equivocadas.
Con un filme estilizado, propio de los años setenta, motivado por una banda sonora que es el ancla evidente de Ortega, el largometraje crece en la medida en que la carrera delictiva de Puch alcanza niveles inimaginables y Ferro crece junto con el protagonista que encarna.
Emocionante, convincente, poderosa e inteligente, esta cinta es una recomendación que no debe pasarse por alto. Con justa razón se exhibió entre el grupo de títulos Una Cierta Mirada en la edición 2019 del Festival de Cannes. ****
Punto final. – No es una película, es una serie de cuatro episodios: “Poco ortodoxa”, o bien, “Unorthodox”. Véanla.