En plena contingencia sanitaria, un grupo de médicos y enfermeras que hasta el 16 de abril laboraban en la Unidad de Especialidades Médicas (Uneme) de Tijuana, fueron despedidos por no “acatar órdenes” y por los “severos problemas financieros” que presenta la institución; pero el despido lo realizó una autoridad no competente para tomar esa decisión.
De acuerdo a los testimonios de los afectados, en días recientes se les informó que por la contingencia del COVID-19 se requería de sus servicios en el Hospital Materno Infantil, porque en las instalaciones de la Uneme se atenderían a los pacientes de oncología del Hospital General.
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La mayoría del personal aceptó y procedió a desalojar los espacios que usaban para almacenar sus pertenencias, mientras se les entregaba el oficio correspondiente para que se presentaran a laborar en el otro hospital; sin embargo, no lo recibieron, y el pasado jueves se les informó que se les rescindiría el contrato.
Luis Covarrubias, que se identificó como coordinador jurídico laboral de la Secretaría, fue quien notificó al personal de esta disposición, asegurando que era una orden que venía desde el propio secretario, el doctor Alonso Pérez Rico.
“La Uneme ha sido un quebradero de cabeza para el sector salud. Se intentó salvar, pero no hay dinero”, les expresó Covarrubias en una reunión, en la cual el personal aclaró que no se movieron de hospital ante la ausencia del oficio correspondiente (documento que fue entregado a ciertos empleados, aunque no a todos los que laboraban ahí).
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“Todos nosotros, como empleados de la institución, tenemos un deber de obediencia, primeramente, a nuestro secretario; él es el jefe del sector salud. El deber de obediencia a las instrucciones de trabajo está implícito, aunque sea verbalmente”, les explicó el funcionario.
Covarrubias pasó por alto que la Uneme es una institución descentralizada de la Secretaría de Salud, que tiene a su cargo la unidad de Tijuana, la unidad en Ensenada y el Hospital Materno Infantil, también en Tijuana. Estos hospitales se especializan en realizar cirugías ambulatorias.
Ante la insistencia del personal de aclararle a Covarrubias que no se negaron a prestar sus servicios en el Materno, el jurídico les dijo que acatar las órdenes e indicaciones por parte de sus superiores, sin importar que fueron verbales o escritas, era un compromiso que adquirieron al firmar su contrato laboral.
Después les aseguró que era mejor que se procediera de esta manera, porque la Uneme ya no tiene la suficiente solvencia financiera para cumplir con los pagos de sus sueldos, por lo que era probable que no se tuviera el recurso para cubrir la siguiente quincena.
Bajo este mismo argumento, se les ofreció una especie de compensación económica; al respecto, personal aseguró a este Semanario que los finiquitos que les ofrecen no corresponden a la década que tienen laborando en la institución.
Información obtenida por ZETA, asegura que los despidos se están haciendo efectivos en todo el estado, debido a que la Secretaría de Salud quiere desaparecer esta modalidad de unidades descentralizadas para quedarse con su presupuesto.
