El proceso interno de Morena para renovar sus órganos directivos quedó cancelado. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvió dejar insubsistentes los actos derivados de la convocatoria para participar en la elección partidista.
De acuerdo con la sentencia SUP-JDC-1589/2019, el padrón utilizado entre el 12 y el 27 de octubre para designar a los congresistas -que en noviembre elegirían dirigentes y consejeros- también quedó sin efectos.
El listado, que incluía militantes inscritos hasta el 20 de noviembre de 2017, fue puesto en tela de juicio por los aspirantes a la dirigencia nacional, Alejandro Rojas, Yeidckol Polevnsky y Mario Delgado.
Rojas indicó que ese registro fue “rasurado” en aras de no permitir que todos los militantes acudieran a las asambleas destinadas a la designación de congresistas.
Este miércoles 30 de octubre, el Trife atrajo para su resolución 16 impugnaciones interpuestas contra la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena. En su momento, el órgano a cargo de Héctor Díaz Polanco validó la relación de afiliados y determinó que las asambleas constituían el método indicado.
Según trascendió, una vez que el proceso interno quedó cancelado, Morena podrá apelar al mismo procedimiento para renovar los cargos partidistas -siempre y cuando se valga de un padrón confiable- o recurrir a otro método estatutario.
Mientras que la presidenta del Consejo Nacional de esa fuerza política, Bertha Luján, quien aspira a la dirigencia nacional, se ha venido pronunciando por las asambleas, los otros aspirantes han apostado por el formato de encuesta; ello en concordancia con el Presidente de la República y fundador de Morena, Andrés Manuel López Obrador, a propósito de la sugerencia que hizo en agosto relativa a que se implementara ese método en lugar de los congresos partidistas.
Luján Uranga declaró que la decisión del Tribunal vulneró la autonomía de Morena. Llamó “cómplices de este atropello” a “todos aquellos que insistieron todos los días en echar abajo el padrón, echar abajo el proceso electoral”.
Producto de las asambleas habían sido nombrados dos mil 300 congresistas, cuando formalmente se debió haber designado a tres mil (10 por distrito).
En parte, las sesiones distritales se caracterizaron por episodios de violencia e irrupción de individuos con fines de participar, pese a no estar inscritos en el padrón.
De acuerdo con el Foro Nacional de Militantes de Morena, 70 asambleas fueron suspendidas. En tanto Polevnsky Gurwitz informó que más de la mitad de los encuentros fueron impugnados.
Consultado por ZETA, el investigador del Colegio de la Frontera Norte, Víctor Alejandro Espinoza Valle, observó que en vista de que Morena se conduce como un movimiento político más que como partido, no goza de plena institucionalidad. “Las reglas no funcionan y eso da pie a que haya unas grandes confrontaciones”.
Adjudicó la aparente crisis partidista a que López Obrador “no está interviniendo” en los asuntos de ese instituto político; de manera que cada una de las fuerzas internas “pugna por sus propios intereses”.
Finalmente, asumió que habida cuenta de no existir “opositores fuera” del partido, “la guerra” de Morena es interna. “No tienen un enemigo enfrente, entonces el enemigo es interno y se lucha por las posiciones al interior del partido; realmente, la lucha por el poder está ahí”.