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lunes, febrero 19, 2024
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Mandos políticos

Como pocas veces se recuerda en la administración municipal, la política jugó un rol importante en la conformación del nuevo Cuadro de Mando de la Dirección de Seguridad Pública de Mexicali, donde prácticamente todo mundo metió la mano, dejando pocos espacios a la propia directora y subdirector, María Elena Andrade y Juan Carlos Buenrostro.

Como es sabido, tanto agentes de la Policía Municipal como Ministerial, participaron como “mapaches” de Movimiento Regeneración Nacional en la pasada elección -además de servir de muchas formas-, a cambio de puestos dentro de la corporación. Curiosamente, la extinta PEP –la Policía del panismo- no operó en lo absoluto, lo que se agregó a las sospechas del “pacto” entre el morenismo y el gobernador Francisco Vega de Lamadrid, para que este último se alejara de la contienda.


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La Cuarta Transformación consideró a la Policía Municipal como otro botín político -algo sabido, mas nunca acaparado- donde metió mano, desde amigos de la alcaldesa Marina del Pilar Ávila, personajes allegados al gobierno de Jaime Bonilla y morenistas con cargo en el Valle de Mexicali, generando una enorme tensión entre los grupos de la corporación municipal.

Más allá del tema político -que es importante-, la verdadera preocupación que debería considerar el gobierno marinista es si los nuevos jefes policíacos en verdad cumplen con todos los requisitos establecidos en el Reglamento de Servicio Profesional Policíal, donde se definen criterios establecidos para los ascensos y los requisitos a cumplir por cada elemento para aspirar a determinado cargo.


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Entre los puntos perfectamente definidos, se encuentra que las promociones y ascensos deben darse de manera inmediata superior. Es decir, los policías que busquen ostentar un cargo en el Cuadro de Mando -en teoría- deberían realizar un examen y acreditar todas las pruebas para ascender un escaño inmediato.

En otras palabras, para ser comandante se requiere de nivel jerárquico de subcomandante -por lo menos el grado que te acredite como tal-, además de aprobar los exámenes de Control y Confianza para mandos, no solo para tropa.

El Artículo 145 del reglamento establece que las promociones solo podrán hacerse en el cargo inmediato superior, lo cual no ocurrió en muchos de estos puestos, como el recién nombrado subcomandante de la Zona Poniente, Manuel Manríquez Martínez, quien no formaba parte del Cuadro de Mando, pero de manera sorpresiva ascendió a dicho escaño, desplazando al ya anunciado Arturo López Velázquez; una designación dada a conocer, pero que cambió de último momento. La queja de policías es que fue ascendido porque es amigo de la alcaldesa.

Manríquez no cuenta con las credenciales para ocupar el cargo, partiendo de la premisa que no participó en las convocatorias para ascender en la carrera policíal, pero poco importó.

Sin embargo, el suyo no es el único caso en el que los temas políticos tuvieron un peso relevante, pues la designación como comandante de José Fernando Funes López, también se debió al apoyo concreto de funcionarios del  nuevo Poder Ejecutivo.

Funes ha ostentado cargos importantes dentro de la corporación, pero redujo su presencia pública a raíz de las acusaciones realizadas por el General Sergio Aponte Polito en 2008 -en una carta publicada en el periódico El Mexicano-, donde señaló a varios mandos, entre ellos a Funes, de participar en el apoyo para el descenso de avionetas en el Valle de Mexicali. Pero esto nunca fue comprobado por Sindicatura Municipal, ni por otra autoridad.

En el Valle de Mexicali, la intervención fue por parte del equipo de Juan Meléndrez, quienes presionaron para impulsar a Florentino Méndez como subcomandante de la Zona Sur del valle.

Otro hecho curioso fue la ratificación de Vicente Robles al frente de la Comandancia de la Policía Municipal, pues inicialmente pretendían retirarlo del cargo, pero al parecer una intervención directa de la familia Pérez Tejada -de los principales impulsores de Marina del Pilar Ávila- fue suficiente para dejarlo continuar. La diferencia es que Robles cuenta con un amplio recorrido en el área de Tránsito en Mexicali, sobreviviendo a partidos y personajes.

El resto de la corporación fue impuesto por José Fernando Funes López por encima de la propia María Elena Andrade, con la responsabilidad de reducir la incidencia delictiva en todo el municipio, pero teniendo muy clara intención de crear un grupo morenista al interior de la corporación, con miras al próximo proceso electoral que comenzará en septiembre de 2020.

Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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