Encaminado a celebrar 25 años de historia, Panteón Rococó arribará hoy viernes 11 de octubre a Baja California como pretexto para compartir sus “Infiernos”, obra discográfica en la que abordan la situación de corrupción e intolerancia de la actualidad, y de la que se desprenden títulos como “Deja vu (Tonantzin)” y “El último ska”; temas que tomarán vida en el Audiorama del Museo el Trompo de Tijuana.
Luego de seis años sin material nuevo, los intérpretes de “La dosis perfecta”, “La carencia”, “Vendedora de caricias” y “Esta noche” regresan a la localidad donde gozan de un estrecho vínculo, enmarcado por una estrella en el Paseo de la Fama de la ciudad, además de una innumerable cantidad de anécdotas.
“Justo tenemos la oportunidad de interactuar con la banda fronteriza, presentarles ‘Infiernos’, cabe decirlo, ha sido bien recibido, por tanto nos da la satisfacción de crear un disco en tiempos en los que solo se lanzan sencillos. Seguimos disfrutando de encerrarnos un mes para conseguir un álbum completo”, expresó Luis Román Ibarra (voz), popularmente conocido como Dr. Shenka, en entrevista telefónica con ZETA.
“Por un lado, la industria no ha terminado de transformarse y encontrar el acomodo necesario. Lamentablemente la música y la información causan furor, se hace viral, luego se diluye en las redes sociales; sin embargo, por otro lado, está regresando el disco de vinil. En ese sentido te das cuenta que lo que vivimos tenía una esencia poderosa, por ello lo importante de no caer en fórmulas que explota la industria. Lo que dicen que ‘va a pegar’, también desaparecerá”, advirtió.
Dr. Shenka asegura que el éxito de canciones como “La carencia” radica en haber sido escritas de forma atemporal: “A veces basta voltear a nuestro entorno, ver lo que sucede y evidenciar las situaciones para que los jóvenes puedan darle la vuelta. Lamentablemente hoy se le brinda demasiada apología a la violencia, demasiadas armas en los vídeos, excesivo uso del sexo y no porque se espante uno, pero eso va orillando a la sociedad a consumir eso nada más.
“Las canciones que perduran son las que seguimos escuchando en las fiestas, las que la gente canta porque se identifican, rompen la barrera de la canción y se vuelven parte de la memoria colectiva, como ‘La célula que explota’, de Caifanes; ‘La balada’, de La Cuca y ‘Pobre de ti’, de Tijuana No, que fueron hechas con verdad y corazón, no hechas pensadas en pegar. La gente las abrazó e hizo suyas”, opinó el músico, para concluir:
“Creo que debemos componer con un peso social, y no digo que hablemos de política, sino de romper esquemas. Hablar de amor, pero apelando a la colectividad. Es algo que no sucede, por eso las canciones son efímeras. Los artistas se preocupan menos por crear algo perdurable y trascendente”.