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lunes, febrero 19, 2024
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Ad Astra

Roy McBride (Brad Pitt) tiene una misión en la vida: dar con el paradero de H. Clifford McBride (Tommy Lee Jones), su padre, quien se perdió cerca de Neptuno, mientras buscaba señales de vida en los confines del espacio.

Ahora le toca a Roy buscarlo, porque hay señales que indican que el aventurado astronauta no ha muerto y que tiene el poder de poner en riesgo todo el Sistema Solar. Por supuesto que la acción ocurre en un futuro no tan distante.


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El primer paso para Roy es llegar a Marte y desde ahí comunicarse con el padre que lo abandonó cuando tenía 12 años. Nada parece intimidarlo, su respuesta emocional es peligrosamente nula, casi deshumanizada, y eso hace interesante al personaje que termina sosteniendo toda la película.

El viaje es lo emocionante, lleno de suspenso, acción, aunque lo que aquí importa es el mensaje de pérdida de sensibilidad y empatía con el género humano que tanto define a los McBride, pero tarde que temprano debe revertirse simplemente porque no es natural.

Entonces tenemos la metáfora a la que tanto recurren esos viajes espaciales desde “Space Odyssey” hasta “Gravity”, y entendemos que eso ya lo habíamos visto mejor contado, aunque la actuación de Pitt confirma su solidez como uno de los histriones destacados de su generación. Esto tampoco es novedad. Lástima que cuando lo comprendemos, el filme ya terminó y no habrá mucho más que recordar de esta experiencia lenta en su desarrollo, con buenos momentos y mejores intenciones. ***


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Punto final.- Difícil ver “Rambo”… otra vez.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
Gabriela Olivares Torres Gabriela Olivares Torres GabrielaOlivares 10 gabriela@zeta.com
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