El origen del guion son los libros de Alvin Schwartz, pero nada puede prepararlo a uno para la magistral fusión de talentos que son Dan Hageman, Kevin Hageman y el gran Guillermo del Toro, todos responsables de llevar estas espeluznantes pesadillas a la pantalla grande.
Los cuentos son muy breves, pero este trío fantástico tuvo a bien explorar el terror y ubicarlo en 1968, justo a tiempo del festejo de Halloween, en Mill Valley, Pensilvania.
Ahí, tres adolescentes hacen enojar al bully de la comunidad y, al buscar refugio en una vieja casona, encuentran un libro que es la llave para liberar a seres fantasmagóricos.
El director sueco André Ovredal y el cinematógrafo alemán Roman Osin son dos piezas clave para dotar de realismo, lo que por fortuna no existe sino en el Género H en su expresión más fina.
Las más abominables criaturas contrastan con la mirada atónita de los tres chicos interpretados por Gabriel Rush, Austin Zajur y Zoe Colletti. Tal vez será por el personaje, pero es quien más destaca como la chica que gusta de las historias terroríficas y la literatura. El hecho de que todo lo que lee en el misterioso libro aparece de verdad, lleva la narrativa a un punto de interés que se disfruta de principio a fin. Agreguémosle la habilidad de Ovredal para manejar el género y el perfecto manejo de sombras y oscuridad, apenas quebrantada por la luz más tenue desde el ojo de Osin.
La atmósfera es perfecta, el suspenso nunca se pierde, la narración tiene buen ritmo y el timón de Del Toro desde la producción termina por redondear un estupendo largometraje que muy a menudo pone los nervios de punta. ****
Punto final.- Creo que me atreveré a ver “Dora la exploradora”