Por primera vez, Francisco “Kiko” Arturo Vega de Lamadrid, el aún gobernador Constitucional de Baja California, tendrá un Congreso con una mayoría distinta a la de su Partido Acción Nacional. Esos legisladores que durante cinco años se dedicaron literalmente a aplaudir a los secretarios y la procuradora cuando comparecían ante ellos.
De hecho, la próxima glosa será el gran estreno que permitirá a los bajacalifornianos saber de qué están hechos los integrantes de la XXIII Legislatura con mayoría de Morena. La oportunidad de quitar el mal sabor que dejó la primera sesión en la que hicieron lo mismo que sus antecesores corruptos, y donde decidieron “mayoritear” para reformar la ley y convertir al diputado morenista Catalino Zavala, en el legislador todopoderoso y quedarse con todas las comisiones y órganos importantes del Congreso.
En teoría, esta vez los funcionarios kikistas enfrentarán con sus datos, resultados y acciones, a una mayoría opositora (solo hasta que concluya esta administración) que será responsable de verificar la veracidad del contenido y los resultados del sexto y último informe de Gobierno del mandatario, clasificado en encuestas de opinión nacionales como uno de los cinco peores gobernadores del país.
No será difícil darse cuenta si los recién estrenados diputados deciden cumplir su función y hacer su tarea. Si efectivamente leen el informe, contrastan la información contenida en el papel con la realidad; si al momento de la glosa, preguntan, analizan, cuestionan. Si cumplen con su función de vigilar el correcto manejo de los recursos.
Contrario a otros años, los funcionarios estatales -incluido el gobernador- no han salido a las calles a repartir volantes y hablar de las bondades de la administración panista que fenece. Tampoco lo han publicado en la página digital del Gobierno.
Públicamente, lo único que hicieron fue que el primero de agosto, el mismo día que lo entregaron en la oficialía de partes del Congreso, emitieron en Mexicali un kilométrico boletín -mil 761 palabras- titulado, “Seis años de logros para Baja California; de frente cumplimos: Gobernador Kiko Vega”.
Sin pudor, tal vez confiados en la mala memoria popular, en el texto incurren en variadas imprecisiones y destacan como logros, algunas de las obras o anteproyectos de obra más controvertidos del sexenio.
Como ejemplo, la Desalinizadora de Rosarito, en la que los accionistas de la empresa ganadora sostienen un litigio, entregada con un contrato a modo que empeña las participaciones de los próximos gobiernos en una obra que fue autorizada para desangrar el presupuesto.
En Tijuana mencionan el Nodo de la 20 de Noviembre que se inauguró con siete meses de retraso, 50 millones de pesos sobre lo acordado y para variar, mal hecho. En cuanto a la rehabilitación del Corredor Tijuana-Rosarito 2000 que se aprobó con un gasto de 24 millones 729 mil pesos, terminó costando 89 millones 665 mil pesos.
Para Ensenada, donde prometieron la construcción de un hospital de especialidades médicas que al final quedó solamente en un centro de salud que hoy presume “Kiko”. Asimismo el primer sitio en arribo de cruceros, el cual contrasta con el lugar 29 de 36 que ocupa por calidad de servicios. El Bulevar Zertuche Norte está sin concluir por un conflicto de tierras; mientras que la reconstrucción del Bulevar Costero fue con recursos federales.
Tratándose de Mexicali, el gobernador del Estado destacó la ampliación del Bulevar Lázaro Cárdenas y de la calzada Manuel Gómez Morín, que si bien se construyeron en su administración, el recurso fue obtenido del fondo metropolitano, gestionado desde el año 2012, por el entonces gobernador José Guadalupe Osuna Millán. De hecho, la segunda obra mencionada se había anunciado con un costo de 94 millones de pesos, pero terminaron gastando120 millones de pesos.
En cuanto a la economía, Vega anunció que de 105 mil 500 personas en pobreza extrema que se contabilizaron en el Estado, hoy solo quedan 39 mil 700 personas, pues la redujo en un 62.4%. Pero de acuerdo con la última medición de la pobreza de Coneval en Baja California, hay 38 mil 700 personas más en pobreza que hace 10 años, aunque la pobreza extrema disminuyó 43.1% en el mismo lapso. Otro punto a considerar es que en 2008 había 84 mil personas en vivienda sin agua en el Estado; en 2018 ya sumaban 226.5 mil casas en esta situación.
La última encuesta del Inegi de Ingreso y Gasto en los Hogares, indica que Baja California dejó de ser la entidad número cuatro con el mejor ingreso promedio, para situarse en el octavo lugar a nivel nacional.
En el desaseo financiero tiene más de 208 millones de pesos en deudas a proveedores y otros cientos de millones de pesos en deudas con la UABC, maestros y burócratas entre otros acreedores.
Revisar estas y otras inconsistencias será el trabajo de los recién estrenados diputados en la próxima glosa, quienes serán los encargados de verificar si de verdad “las dificultades financieras” son imputables a “los apoyos extraordinarios -que no llegaron- del Gobierno Federal y la falta de equidad en lo que respecta a la inversión que en el rubro educativo realiza el Estado, siendo más del 50% del presupuesto propio, mientras que otras entidades no ponen un solo peso”. Así como el uso efectivo de todo ese dinero que se ha reorientado a educación, a “duplicar el número de Escuelas de Tiempo Completo, pasando de 221 a 515 planteles; en patrocinar el Programa BC ¡Todos a la Prepa!, a través de la Beca Solidaria, beneficiando a 81 mil 233 alumnos con una inversión de más de 313 millones 451 mil pesos; y en brindar educación 100% gratuita desde preescolar hasta preparatoria a 888 mil 797 alumnos en el sector público”, como aseguró en el comunicado en el que resumió su informe.
