El vínculo del pop rock con la vida cotidiana es lo que hace grandioso al género. La gente se identifica con lo que escucha, la música se vuelve una narrativa del día a día y una forma de expresión colectiva que le da significado al arte.
Esta es la premisa del largometraje dirigido por Gurinder Chadha en donde un joven bachiller, con ansias de escribir poesía, encuentra de pronto en las canciones de Bruce Springsteen, un vehículo para escapar de las restricciones de su familia de origen paquistaní, residentes de Inglaterra.
Kalra Viveik es el responsable de llevar a cuestas un estupendo rol protagónico personificado por Javed, el chico incomprendido cuya visión cambia cuando descubre el sonido de “The Boss” y hasta termina emprendiendo un viaje a Estados Unidos para atestiguar donde comenzó todo.
Con un cambio en la forma de vestir, hablar y ver la vida, este muchacho es un encanto, a pesar de tener una familia en franca oposición, no solo generacional, sino culturalmente, tema que Chadha ya supo manejar en “Bend it like Beckham”.
No perdamos de vista que, además, se trata de una comedia finamente elaborada con personajes que enfrentan conflictos propios de esta época, producto de la migración, las dificultades de la adaptación y el cambio hacia nuevas maneras de percibir el mundo.
Todo esto expuesto a través de un encantador Javed que se descubre a sí mismo no solo a través de lo que escucha, sino de lo que se atreve a escribir en papel, motivado por el poder de las letras de Springsteen.
Y tal vez eso es lo más gratificante de este filme, saber que todo adolescente alguna vez se vio reflejado más en los temas de su artista favorito que en su propio espejo. El poder del arte, el valor de la inspiración, las bondades de la libertad creativa, qué manera de exponer todo esto y más en una cinta que bien se perfila entre lo mejor de la cartelera de 2019. ****
Punto final.- Mejor que la película de Ted Bundy, protagonizada por Zach Efron, hay que ver “Mindhunter”, la serie de Netflix.