Dicen que los cinco presidentes municipales de Baja California aún en funciones, andan nerviosos porque las cuentas públicas que revisó la Auditoría Superior del Estado presentan tantas irregularidades, que la dependencia que dirige Carlos Montejo ni siquiera pudo dictaminarlas, menos aún quiere aprobarlas. Para los que saben, esta es una buena oportunidad para que el contador público se sacuda la suspicacia que generó su nombramiento en el Congreso local el 9 de julio, fecha en que en “fast-track” y de manera polémica y avasalladora por parte de los legisladores, fue designado por siete años para investigar a la actual administración estatal panista. Al parecer, el flamante funcionario avizora que ahora es cuando puede comenzar a dejar en claro que no tiene compromisos políticos con nadie. En los pasillos de la Auditoría aseguran que Montejo prepara un informe que en próximos días dará conocer para detallar las anomalías, los montos y los nombres de los artífices de tanto cochinero. A ver si se anima el contador Montejo no solo a cortarse el cordón umbilical azul, sino a legitimarse en el cargo.